El glaucoma es una enfermedad ocular insidiosa y progresiva, y la segunda causa principal de ceguera irreversible a nivel mundial, afectando a más de 80 millones de personas y proyectándose a 111.8 millones para 2040, según el Atlas Global de Glaucoma 2020. Su carácter a menudo asintomático en sus primeras etapas lo convierte en un «ladrón silencioso de la visión», lo que subraya la importancia del diagnóstico temprano y la adherencia al tratamiento.
Si bien los avances en la oftalmología han brindado una gama de opciones terapéuticas para controlar esta afección, es crucial comprender que, como la mayoría de las intervenciones médicas, conllevan potenciales efectos secundarios. En este artículo quiero desglosar estos efectos para que pacientes y cuidadores estén plenamente informados, garantizando una gestión efectiva de la salud ocular.
Efectos secundarios comunes de los tratamientos tópicos: gotas oftálmicas
Las gotas oftálmicas son la primera línea de tratamiento para la mayoría de los pacientes con glaucoma, actuando principalmente para reducir la presión intraocular (PIO), el factor de riesgo modificable más importante. Si bien son generalmente bien toleradas, es común experimentar una variedad de efectos secundarios oculares y sistémicos.
Entre los efectos secundarios oculares locales, la irritación y el enrojecimiento son los más frecuentes, reportados por hasta el 30% de los pacientes, especialmente con el uso de análogos de prostaglandinas.
Otros incluyen visión borrosa transitoria, sensación de cuerpo extraño, picazón, ardor y sequedad ocular. Un dato interesante es que el uso prolongado de análogos de prostaglandina, puede llevar a cambios estéticos como el oscurecimiento del iris (especialmente en ojos de color claro), el crecimiento y engrosamiento de las pestañas (hipertricosis), y el hundimiento del surco palpebral superior (enoftalmos).

Si bien estos efectos son generalmente benignos, pueden ser motivo de preocupación estética para algunos pacientes.
Si estás llevando un tratamiento con gotas oftálmicas, es importante que informes a tu oftalmólogo sobre cualquier condición médica preexistente, ya que esto puede influir en la elección del medicamento. Según un estudio publicado en el Journal of Glaucoma, la adherencia al tratamiento disminuye en un 20% cuando los pacientes experimentan efectos secundarios significativos, lo que destaca la importancia de una comunicación abierta entre médico y paciente.
Consideraciones sobre los procedimientos láser para el glaucoma
Cuando las gotas oftálmicas no logran controlar la PIO de manera efectiva, o si el paciente experimenta efectos secundarios intolerables, los procedimientos láser se convierten en una opción viable. Por ejemplo, la trabeculoplastia láser selectiva (SLT) es un procedimiento común que ayuda a mejorar el drenaje del humor acuoso.
Los efectos secundarios de la SLT son generalmente leves y temporales, incluyendo aumento transitorio de la PIO (en el 5-10% de los casos, controlable con medicación), inflamación ocular leve y molestia. Estos suelen resolverse en unos pocos días. Es importante señalar que la SLT no siempre es una solución permanente y que su efecto puede disminuir con el tiempo, requiriendo en ocasiones una repetición del procedimiento o la adición de medicación.
Efectos secundarios de la cirugía de glaucoma: trabeculectomía y otras intervenciones
La cirugía, como la trabeculectomía, se reserva para casos en los que la medicación y los procedimientos láser no han logrado controlar la PIO, o cuando la enfermedad está progresando a pesar de otras intervenciones. Aunque este método es el «estándar de oro» en la cirugía de glaucoma, no está exenta de riesgos y efectos secundarios, algunos de los cuales pueden ser graves.
Los efectos secundarios tempranos después de la trabeculectomía pueden incluir hipotonía (PIO excesivamente baja), hemorragia supracoroidea, desprendimiento coroideo, desprendimiento de la retina y endocarditis (infección intraocular). Aunque raras, estas complicaciones pueden comprometer seriamente la visión y requieren intervención inmediata.
Los efectos secundarios tardíos pueden manifestarse meses o incluso años después de la cirugía. La formación de cataratas es una complicación común, reportada en hasta el 50% de los pacientes dentro de los cinco años posteriores a la cirugía, especialmente en pacientes mayores.
Otros efectos tardíos incluyen la cicatrización excesiva de la ampolla de filtración, que puede llevar al fracaso de la cirugía y un aumento de la PIO, la infección de la ampolla o la endocarditis (infecciones intraoculares), que pueden ser devastadoras si no se tratan a tiempo.
Implantes de drenaje y terapias emergentes: un panorama en evolución
Más allá de la trabeculectomía, existen otros procedimientos quirúrgicos para el glaucoma, como los implantes de drenaje. Estos métodos son opciones para casos de glaucoma complejos o refractarios. Los efectos secundarios de los implantes de drenaje pueden ser similares a los de la trabeculectomía, incluyendo hipotonía y diplopía. A largo plazo, pueden surgir complicaciones como la erosión de la conjuntiva sobre el implante o la obstrucción del tubo.
El campo de la oftalmología está en constante evolución, con la investigación y el desarrollo de nuevas terapias que buscan minimizar los efectos secundarios y mejorar los resultados para los pacientes con glaucoma. Esto incluye nuevas formulaciones de gotas oftálmicas con perfiles de efectos secundarios mejorados, dispositivos mínimamente invasivos para la cirugía de glaucoma que ofrecen una recuperación más rápida y menos complicaciones que la cirugía tradicional.
Es crucial que los pacientes discutan todas las opciones con su oftalmólogo para tomar una decisión informada sobre el plan de tratamiento más adecuado, considerando tanto la eficacia como los posibles efectos secundarios. La comunicación abierta y las revisiones regulares son fundamentales para garantizar que el tratamiento sea efectivo y que la calidad de vida del paciente se mantenga.