paciente de glaucoma se realizan cirugía de glaucoma filtrante.

El diagnóstico de glaucoma y la necesidad de una intervención quirúrgica filtrante, como la trabeculectomía o la esclerectomía, pueden generar una comprensible ansiedad. Una de las preguntas más apremiantes para los pacientes es: «¿Cuánto tiempo durará mi recuperación?». Si bien no es un número fijo, puede desglosarse para ofrecer tranquilidad y una hoja de ruta clara. La recuperación es un proceso multifásico, influenciado por la individualidad de cada paciente y la diligencia en el seguimiento postoperatorio. A continuación, datos relevantes que debes considerar.

Las primeras semanas: etapa crítica y monitoreo constante

La fase inicial de recuperación, que abarca las primeras 2 a 4 semanas, es la más crucial. Durante este periodo, el ojo se está curando de la intervención, y el objetivo principal es que la ampolla de filtración (el nuevo canal de drenaje creado por la cirugía) funcione de manera óptima para controlar la presión intraocular. Es una etapa de visitas frecuentes al oftalmólogo, a menudo diarias en la primera semana, luego semanales.

Los pacientes experimentarán síntomas normales como enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño, visión borrosa y, en algunos casos, una ligera molestia. Es vital seguir al pie de la letra el régimen de gotas oftálmicas recetadas (antibióticos y corticosteroides), que ayudan a prevenir infecciones y a modular la cicatrización.

tratamiento de glaucoma
Existen varias alternativas para tratar el glaucoma. Conoce cuál es la mejor para tu caso, es imprescindible que te evalúe un médico. (Foto: Gemini AI)

Según un estudio publicado en el American Journal of Ophthalmology, más del 80% de las complicaciones tempranas significativas se manifiestan dentro de las primeras dos semanas post-cirugía. Esto subraya la importancia del seguimiento médico riguroso. La visión puede fluctuar considerablemente durante este tiempo, lo cual es normal; sin embargo, debes saber que la paciencia es una virtud indispensable en esta fase.

Del primer mes al tercer mes: asentamiento y estabilización de la PIO

Una vez superadas las primeras semanas, la recuperación entra en una fase de asentamiento que se extiende del primer al tercer mes. Durante este periodo, la ampolla de filtración madura y la PIO tiende a estabilizarse. Las visitas al oftalmólogo se espacian, generalmente cada 2 a 4 semanas, dependiendo de la evolución individual.

La visión borrosa inicial suele mejorar progresivamente, aunque la visión final puede tardar en establecerse completamente. Ahora, es fundamental comprender que la recuperación visual no es inmediata, y los cambios refractivos pueden ocurrir.

Se recomienda evitar actividades que impliquen esfuerzo físico intenso, levantar objetos pesados o exponerse a ambientes con polvo o irritantes. Un estudio de cohorte publicado en la revista Ophthalmology reveló que, en pacientes sometidos a trabeculectomía, la estabilidad de la presión intraocular se logra en el 70-85% de los casos al tercer mes postoperatorio, siempre y cuando no haya complicaciones significativas o necesidad de intervenciones adicionales. Es en este punto donde el oftalmólogo comenzará a evaluar la posibilidad de reducir gradualmente el uso de gotas, si la PIO se mantiene en los rangos deseados.

Detectar el glaucoma implica una serie de pruebas y exámenes oculares.
Una revisión para detectar glaucoma implica una serie de pruebas y exámenes oculares para evaluar la presión ocular. (Foto: Gemini AI)

Más allá de los tres meses: recuperación a largo plazo y seguimiento continuo

Aunque la mayor parte de la recuperación se completa en los primeros tres meses, el seguimiento a largo plazo es indispensable en el manejo del glaucoma. La ampolla de filtración puede sufrir cambios a lo largo del tiempo. Las visitas de control suelen programarse cada 3 a 6 meses, o con mayor frecuencia si el médico lo considera necesario.

Es importante recordar que la cirugía de glaucoma filtrante no «cura» la enfermedad, sino que lo controla al reducir la PIO. El objetivo es preservar la visión restante y prevenir una mayor pérdida. Los pacientes deben mantener un estilo de vida saludable y ser conscientes de que el “ladrón silencioso de la vista” es una condición crónica que requiere atención continua.

La detección temprana de cualquier cambio en la PIO o en la función visual a través de exámenes regulares es clave para una gestión exitosa a largo plazo. La comunicación abierta y honesta con el equipo médico es, sin duda, el pilar de una recuperación y un manejo continuo exitosos.

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