Prevención de adulto mayor con glaucoma

Si has llegado a este artículo, es probable que te preocupe tu salud visual o la de un ser querido, especialmente en la tercera edad. Y tienes razón en hacerlo. El glaucoma es conocido como el «ladrón silencioso de la vista», una enfermedad que daña progresivamente el nervio óptico y que, si no se detecta a tiempo, puede llevar a una pérdida de visión irreversible. La buena noticia es que, aunque no existe una forma de prevenir la enfermedad al 100%, sí puedes tomar medidas proactivas para reducir significativamente tu riesgo y detectarla en sus etapas más tempranas.

Quiero que veas esta guía como tu aliado personal. No se trata de alarmarte, sino de empoderarte con información valiosa y práctica. A lo largo de este texto, te mostraré cómo pequeños cambios en tu rutina y una mayor conciencia sobre tu salud pueden marcar una gran diferencia. Conoce los factores de riesgo hasta los hábitos que te ayudarán a cuidar tus ojos, para que puedas seguir disfrutando del mundo con la claridad que mereces.

El glaucoma pseudoexfoliativo es muy agresivo.
El glaucoma pseudoexfoliativo se caracteriza por ser más agresivo y progresar más rápido que el glaucoma primario de ángulo abierto. (Foto: Glaucoma Lima Center)

Cuáles son los factores de riesgo y la importancia del diagnóstico temprano de glaucoma

Para prevenir eficazmente el glaucoma, primero debes entender quiénes son los más vulnerables. La edad es, sin duda, el factor de riesgo más importante. El riesgo de desarrollar glaucoma aumenta considerablemente después de los 60 años. Sin embargo, no es el único. ¿A qué debes prestar atención? En primer lugar, al historial familiar: si tus padres o hermanos padecen de esta enfermedad, tu riesgo se multiplica por cuatro.

Y lo otro es considerar las enfermedades subyacentes. Padecer de diabetes, hipertensión o enfermedades cardiovasculares puede aumentar el riesgo. Un control adecuado de estas condiciones médicas es fundamental para la salud ocular.

Ante estos factores, tu mejor arma es la detección temprana. Los chequeos oftalmológicos regulares no son un lujo, son una necesidad. En una etapa temprana, el glaucoma no presenta síntomas. Solo un examen completo con un especialista puede detectar una presión intraocular elevada o un daño incipiente en el nervio óptico.

Tu plan de acción para la prevención de glaucoma

La prevención del glaucoma va más allá de ir al médico. Se trata de adoptar un enfoque integral que incluya tu estilo de vida, tu alimentación y tus hábitos diarios.

La dieta y suplementos nutricionales son clave. Recuerda que lo que comes impacta directamente en la salud de tus ojos. Una dieta rica en antioxidantes puede ayudar a proteger el nervio óptico. Incluye alimentos como vegetales de hoja verde (espinacas, col rizada), frutas cítricas, bayas y pescado rico en omega-3 (salmón, atún).

El ejercicio moderado y regular tiene un impacto muy positivo en la presión intraocular. Actividades como caminar, andar en bicicleta o nadar mejoran el flujo sanguíneo, lo que puede ayudar a reducir la presión ocular. Evita ejercicios de alto impacto o posturas que impliquen mantener la cabeza por debajo del nivel del corazón durante mucho tiempo, ya que podrían aumentar la PIO temporalmente.

Además, es crucial evitar el tabaco. Fumar se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar glaucoma y de acelerar su progresión. Si fumas, dejar de hacerlo es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud ocular.

Finalmente, y no menos importante, maneja el estrés y descanso adecuado. Para esto debes aprender técnicas de relajación, como la meditación o el yoga. Asegúrate de dormir las horas necesarias para que tu cuerpo y tus ojos se recuperen.

El glaucoma no tiene por qué ser una sentencia inevitable. Con un enfoque proactivo, que combine visitas regulares al oftalmólogo con un estilo de vida saludable, puedes controlar los factores de riesgo y proteger tu visión. El objetivo es simple: mantener la salud de tus ojos el mayor tiempo posible para que puedas seguir disfrutando de cada momento.

Dieta inteligente para frenar las cataratas
Alimentos que contengan antioxidantes, vitaminas y minerales te ayudarán a retrasar el avance de las cataratas. Conoce cuáles son. (Foto: AI / Glaucoma Lima Center)

Cristales claros: el secreto para el cuidado de tus lentes intraoculares

Conoce cuál es el cuidado ideal para tus lentes intraoculares después de una cirugía de cataratas. Aprende a protegerlos, a detectar problemas y a mantener una visión perfecta.

Si te has sometido a una cirugía de cataratas, es probable que ahora disfrutes de una visión mucho más nítida y brillante. Esa nueva claridad es gracias a tu lente intraocular (LIO), un dispositivo de alta tecnología que reemplazó a tu cristalino natural. Pero, ¿sabes cómo cuidar adecuadamente este nuevo «cristal» para que te dure toda la vida? La verdad es que no requiere un mantenimiento como los lentes de contacto, pero sí necesita de tu atención y cuidado para asegurar que tu visión se mantenga impecable a largo plazo.

Quiero que pienses en tu lente intraocular como un tesoro que te ha devuelto la vista. Protegerlo es fundamental para evitar complicaciones y para que sigas disfrutando de la vida sin la molestia de las cataratas. A lo largo de este artículo, te guiaré a través de las mejores prácticas y te daré consejos esenciales para que ese cristal se mantenga claro, y tu visión, perfecta.

¿Qué hacer para un cuidado duradero de los lentes intraoculares?

La etapa inicial después de la cirugía de cataratas es la más crítica para el éxito a largo plazo de tu lente intraocular. Durante este periodo, el objetivo es permitir que el ojo se recupere completamente y que la LIO se posicione de forma estable.

En los primeros días, debes seguir al pie de la letra las indicaciones de tu médico. Esto incluye usar las gotas oftálmicas según la pauta establecida. Estas gotas no solo previenen infecciones, sino que también reducen la inflamación, lo que es clave para la correcta cicatrización. Luego debes evitar el esfuerzo físico, como por ejemplo, levantar objetos pesados, agacharte o realizar ejercicio intenso puede aumentar la presión ocular y comprometer el resultado de la cirugía.

Lo otro es proteger tu ojo, especialmente al dormir, para evitar frotarte el ojo de forma accidental. También es recomendable usar gafas de sol para protegerlo de la luz brillante, el polvo y el viento.

Mantenimiento a largo plazo: protegiendo tu “nueva visión”

Una vez que la recuperación inicial ha pasado, el cuidado de tu lente intraocular se centra en la prevención y la observación. No es que vayas a tener que hacer una rutina diaria de limpieza, pero sí debes ser consciente de cómo proteger tu salud ocular en general.

Una de las complicaciones más comunes a largo plazo después de la cirugía de cataratas es la opacificación capsular posterior (OCP), también conocida popularmente como «segunda catarata». Esto no es realmente la catarata regresando, sino que la membrana (cápsula) que sostiene el lente intraocular se vuelve opaca con el tiempo.

¿Cuándo debes preocuparte? Señales de alerta que no debes ignorar

Tu lente intraocular es muy resistente, pero es vital que estés atento a cualquier cambio en tu visión. Saber identificar las señales de alerta te ayudará a actuar a tiempo y evitar problemas mayores. Acude a un especialista si:

  • Experimentas una visión borrosa repentina
  • Tienes dolor o enrojecimiento persistente en el ojo
  • Ves destellos de luz o «flotadores» (moscas volantes)

Recuerda que el control oftalmológico regular es tu mejor herramienta para mantener una salud ocular óptima. Tu oftalmólogo podrá revisar la posición de tu lente intraocular y detectar cualquier anomalía antes de que se convierta en un problema grave.

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