Despertar, mirarte al espejo y encontrarte con una mancha de color rojo intenso en la parte blanca del ojo puede ser un susto mayúsculo. Esta imagen, aunque dramática, es lo que conocemos popularmente como derrame ocular o, con su nombre científico, hemorragia subconjuntival. Es una situación que genera muchas dudas: ¿es grave?, ¿necesito ir a urgencias?, y la pregunta estrella: ¿funcionan los remedios caseros para quitarlo más rápido?
La clave aquí no es intentar «curarlo» con remedios caseros, sino entender su naturaleza y evitar prácticas que puedan complicar tu recuperación o, peor aún, enmascarar un problema subyacente.
¿Qué hacer realmente ante un derrame ocular?
La hemorragia subconjuntival es un proceso que el cuerpo resuelve por sí mismo. La sangre se reabsorbe gradualmente, un proceso que puede tardar entre 1 a 3 semanas, pasando el color rojo intenso a tonos más amarillentos antes de desaparecer por completo. Es fundamental que cambies el chip: tu objetivo no es eliminar el derrame, sino acompañar el proceso natural de tu organismo y asegurar que no haya otras complicaciones.
1. Mantén la calma y la observación
Lo primero es lo primero: no entres en pánico. Un derrame ocular no suele causar dolor, secreciones ni cambios en la visión [Fuente: Mayo Clinic]. Si la mancha roja es el único síntoma, lo más probable es que sea inofensivo.
2. Opta por las lágrimas artificiales (bajo en recomendación)
Aunque la sangre no se reabsorberá más rápido, si sientes una ligera sensación de aspereza o picazón —algo que algunos pacientes experimentan—, puedes usar lágrimas artificiales de venta libre]. Estas gotas ayudan a mantener el ojo lubricado y a aliviar esa sensación de rasguño en la superficie ocular, haciendo más llevadera la espera.
3. Consulta si hay síntomas de alarma
Este es el punto más importante. Aunque el derrame sea benigno, en raras ocasiones puede estar asociado a algo más. Debes consultar a tu oftalmólogo si el derrame ocular se acompaña de:
- Dolor ocular intenso.
- Disminución o pérdida de la agudeza visual (visión borrosa, doble o cualquier cambio).
- Hemorragias recurrentes (si te ocurre con mucha frecuencia).
- El derrame es resultado de un traumatismo significativo en el ojo o la cabeza.
- Dura más de tres semanas.

¿Sirven los remedios caseros comunes y por qué deberías evitarlos?
Aquí es donde mi experiencia te aconseja con mayor firmeza. En internet y la tradición popular circulan muchos «remedios» para los ojos, pero en el caso de la hemorragia subconjuntival, la mayoría no tienen sustento científico y, peor aún, conllevan riesgos innecesarios.
Compresas de té, manzanilla o sustancias «naturales»
Aunque algunas hierbas tienen propiedades antiinflamatorias o calmantes (como la manzanilla), aplicarlas directamente sobre un ojo sangrante no acelerará la reabsorción de la sangre. De hecho, al no ser estériles, las compresas caseras o las infusiones aumentan el riesgo de introducir bacterias o gérmenes en el ojo, lo que podría desencadenar una infección secundaria como una conjuntivitis.
Cuidado con el frío y el calor
Para un ojo morado (un hematoma por golpe, diferente al derrame), las compresas frías son útiles inicialmente. Sin embargo, para la hemorragia subconjuntival (que es un sangrado interno bajo la conjuntiva), las compresas no tienen un efecto demostrado en la reabsorción de la sangre.

¿Qué debes evitar para no empeorar la situación?
Tu recuperación depende más de lo que dejes de hacer que de lo que hagas:
1. No frotarse los ojos bajo ningún concepto
Esta es la regla de oro. Frotarse vigorosamente, incluso de forma involuntaria mientras duermes, es una causa frecuente de rotura de estos pequeños vasos capilares. Al frotar, ejerces presión sobre el globo ocular que puede aumentar el sangrado o, si no fue la causa inicial, provocar nuevos derrames.
2. Evita los sobreesfuerzos físicos intensos
Acciones que aumentan la presión repentinamente en la cabeza o el cuello pueden ser la causa del derrame. Esto incluye:
- Toser o estornudar muy fuerte
- Vomitar
- Hacer esfuerzos al ir al baño
- Levantar objetos muy pesados
3. No te autorecetes gotas
No uses gotas descongestionantes (las que «blanquean» el ojo) ni ningún tipo de colirio antibiótico o antiinflamatorio sin la indicación expresa de un oftalmólogo. Aplicar sustancias en el ojo sin supervisión puede causar irritación, quemaduras y más daño sobre la superficie ocular.
En resumen: El derrame ocular se cura solo. Tu trabajo es no interferir, vigilar los síntomas de alerta y dejar que el tiempo y tu cuerpo hagan su trabajo. Si tienes dudas o presentas algún dolor o alteración visual, un experto en salud ocular es tu única fuente de ayuda segura.
