Retinopatía avanzada alarmas oculares mácula

La retinopatía diabética (RD) es la complicación ocular más común de la diabetes y la principal causa de ceguera en adultos en edad laboral en países desarrollados. Sin embargo, su progresión a menudo silenciosa oculta una amenaza crítica: el Edema Macular Diabético (EMD). El EMD se produce cuando los vasos sanguíneos dañados de la retina filtran líquido y lípidos, provocando la hinchazón o «encharcamiento» de la mácula, la parte central de la retina esencial para la visión detallada y central.

Comprender y reconocer las señales de que la mácula se está hinchando es vital, ya que el diagnóstico y el tratamiento tempranos pueden revertir o limitar significativamente la pérdida de visión. Si tienes diabetes o antecedentes de RD, estas 4 señales de alerta no deben ignorarse.

Metamorfopsia, líneas rectas que se ondulan o distorsionan

Una de las señales más claras de que el líquido está afectando la mácula es la aparición de metamorfopsia, la distorsión de la visión. La mácula, al inflamarse, altera la forma en que la luz incide sobre los fotorreceptores, haciendo que las líneas que deberían ser rectas—como marcos de puertas, baldosas o las líneas en una rejilla de Amster—aparezcan curvadas, torcidas u onduladas.

Visión central borrosa y variable: dificultad para leer y reconocer rostros

En las fases iniciales del EMD, la visión central puede volverse borrosa, y esta borrosidad a menudo es variable o fluctúa a lo largo del día. Esta es una señal directa de que el líquido filtrado está interfiriendo con la función macular.

A diferencia de la visión periférica (lateral), que suele mantenerse intacta, el edema afecta directamente las actividades que requieren agudeza visual fina. Esto incluye:

  • Dificultad progresiva o repentina para leer, incluso con gafas.
  • Problemas para reconocer caras o detalles pequeños.
  • Una sensación de niebla o una mancha gris fija en el centro del campo visual.

Colores «apagados» o alteración en la percepción cromática

La mácula contiene la mayor concentración de conos, las células fotorreceptoras responsables de la visión en color. Cuando el líquido se acumula y comprime o daña estas células debido al EMD avanzado, se produce una alteración en la percepción cromática, un fenómeno denominado discromatopsia o colores apagados/desteñidos.

Este síntoma, aunque sutil al principio, es una alarma de alta calidad que indica un deterioro funcional significativo de la mácula. Junto con la distorsión, la alteración del color es un poderoso biomarcador subjetivo del edema macular.

Necesidad de luz excesiva 

A medida que el EMD avanza, la disminución de la sensibilidad a los detalles finos puede llevar a la necesidad instintiva de mucha más luz para realizar tareas cotidianas como leer o escribir. Esta adaptación es un intento subconsciente del ojo de compensar la función macular deteriorada.

Además de los síntomas que el paciente puede percibir, existe una señal objetiva crítica que el oftalmólogo busca durante el examen de fondo de ojo dilatado: los exudados duros. Estos son depósitos de lípidos y proteínas que se han filtrado de los vasos sanguíneos y que se acumulan en la retina.

La clave en el EMD avanzado es el tratamiento oportuno. Si presenta una o más de estas cuatro señales de alerta, debe contactar a un oftalmólogo de retina de inmediato.

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