El glaucoma es una enfermedad silenciosa que daña el nervio óptico y puede provocar pérdida irreversible de la visión si no se detecta a tiempo. Actualmente, el diagnóstico se basa en la medición de la presión intraocular, la evaluación del campo visual y el examen del nervio óptico. Sin embargo, los investigadores buscan herramientas aún más precisas y menos invasivas: los biomarcadores en sangre que puedan anticipar la enfermedad antes de que aparezcan síntomas evidentes.
Según estudios publicados en PubMed y revisiones de la American Academy of Ophthalmology (AAO), los biomarcadores son sustancias presentes en la sangre, el líquido ocular o incluso en otros tejidos que pueden indicar la presencia o riesgo de progresión del glaucoma. Estos marcadores permitirían identificar a pacientes en riesgo mucho antes de que la visión se vea afectada, lo que abriría la puerta a intervenciones tempranas y personalizadas.
¿Qué son los biomarcadores y cómo podrían funcionar en glaucoma?
Los biomarcadores pueden ser proteínas, moléculas de ADN o señales químicas que reflejan procesos patológicos en el ojo, como daño al nervio óptico, estrés oxidativo o inflamación. Por ejemplo, investigaciones recientes han detectado diferencias en niveles de ciertas proteínas y factores de crecimiento en pacientes con glaucoma en comparación con personas sanas, según estudios en NIH/National Library of Medicine.
Si se valida su uso clínico, un simple análisis de sangre podría complementar los exámenes tradicionales, ayudando a:
- Detectar glaucoma en fases tempranas antes de que el paciente note pérdida de visión.
- Identificar pacientes con mayor riesgo de progresión y personalizar su tratamiento.
- Evaluar la efectividad de terapias médicas o quirúrgicas a lo largo del tiempo.
Aunque los resultados son prometedores, los expertos aclaran que la investigación todavía está en etapas preliminares y que no existe un biomarcador único validado para uso clínico. Se requieren estudios más amplios y multicéntricos para confirmar su utilidad y seguridad.
El futuro del diagnóstico de glaucoma
El desarrollo de pruebas basadas en biomarcadores podría revolucionar la forma en que se maneja el glaucoma, permitiendo diagnósticos más tempranos y tratamientos personalizados. Además, reduciría la dependencia de evaluaciones más subjetivas o basadas únicamente en la presión intraocular.
Mientras tanto, los exámenes tradicionales —como tonometría, campimetría y oftalmoscopía— siguen siendo esenciales. La combinación de estas herramientas con futuros biomarcadores ofrecerá un enfoque integral para proteger la visión y prevenir la ceguera.
