Si usas gotas para el glaucoma, es muy probable que hayas sentido esa incómoda sensación de ardor o escozor en los ojos. No estás solo. Para muchos, este efecto secundario puede ser tan molesto que incluso los lleva a dejar de usar su medicación. Pero, ¿qué es lo que causa este ardor? Y lo más importante, ¿cómo puedes aliviarlo sin poner en riesgo tu visión?
En este artículo quiero contarte lo que la mayoría de los pacientes no saben y te daremos las claves para que el tratamiento de tu glaucoma sea lo más cómodo posible.
¿Por qué tus gotas para el glaucoma te hacen sentir ardor?
La respuesta no es tan simple como parece, y va más allá del simple «es un efecto secundario». El ardor que sientes está relacionado con varios factores, siendo los más comunes la composición de la gota y la salud de tu superficie ocular.
Muchas gotas para el glaucoma contienen conservantes, como el cloruro de benzalconio (BAK). Este compuesto es esencial para evitar el crecimiento de bacterias en el frasco, pero puede ser irritante para la superficie del ojo, especialmente si se usa a largo plazo.
Además, el pH de la gota también influye. El ojo humano tiene un pH natural de aproximadamente 7.4. Si la gota es demasiado ácida o alcalina, el ojo reacciona. Aunque los laboratorios intentan formular las gotas con un pH similar al de la lágrima, pequeñas variaciones pueden ser suficientes para causar una sensación de ardor.
Lo que nadie te contó: la conexión entre el ardor y el ojo seco
La mayoría de los oftalmólogos te dirán que el ardor es un efecto secundario esperado. Sin embargo, no siempre se profundiza en la relación que tiene con el síndrome del ojo seco. Si ya sufres de ojo seco, es muy probable que el ardor por las gotas se intensifique.
Cuando la película lagrimal es deficiente, la superficie del ojo queda más expuesta y vulnerable a la irritación. Las gotas para el glaucoma, con sus conservantes y pH, pueden dañar aún más esta delicada superficie. Es como echar alcohol en una herida abierta: la sensación es mucho más intensa.
¿Cómo aliviar el ardor sin poner en riesgo tu visión?
Tu tratamiento para el glaucoma es vital para preservar tu visión. Nunca, bajo ninguna circunstancia, debes dejar de usar tus gotas sin la aprobación de tu oftalmólogo. Sin embargo, hay estrategias que puedes seguir para aliviar el ardor y hacer que tu tratamiento sea más llevadero.
Pide una alternativa sin conservantes: Hoy en día, muchos laboratorios ofrecen formulaciones sin conservantes o con conservantes menos agresivos. Pregúntale a tu médico si existe una versión de tu medicación que sea «sin BAK» o que venga en presentaciones de monodosis.
Usa lágrimas artificiales: Unas gotas lubricantes pueden ser tu mejor aliado. Si tienes ojo seco, tu oftalmólogo puede recomendarte usarlas unos minutos después de aplicar la gota para el glaucoma.
Aplica la gota correctamente: La técnica es clave. Inclina la cabeza hacia atrás, baja el párpado inferior y aplica la gota en el saco conjuntival (el espacio entre el ojo y el párpado). Cierra suavemente el ojo y presiona con el dedo la esquina interna del párpado (cerca de la nariz) durante uno o dos minutos.
Comunícate con tu médico: Tu oftalmólogo es tu principal recurso. No minimices tu malestar. Describirle la frecuencia y la intensidad del ardor puede ayudarle a ajustar tu tratamiento. A veces, un cambio en el tipo de colirio o en el horario de aplicación puede marcar una gran diferencia.
Recuerda, el objetivo es mantener la presión intraocular controlada sin sacrificar tu comodidad. Al hablar abiertamente con tu especialista y seguir estas recomendaciones, puedes lograr un equilibrio que te permita cuidar de tu visión sin el dolor innecesario.
