Cirugía ocular láser qué debes saber elegir LASIK PRK SMILE

La cirugía refractiva ha transformado la forma en que millones de personas corrigen su visión. Hoy ya no se trata solo del conocido LASIK, sino también de técnicas más recientes como PRK o SMILE, que ofrecen alternativas según la forma del ojo, el grosor corneal y las necesidades visuales de cada paciente. Pero ¿cuál es la más adecuada para ti? La respuesta depende de una evaluación personalizada que determina cuál técnica brinda la mejor visión sin comprometer la seguridad ocular.

Según la American Academy of Ophthalmology (AAO), más del 95 % de las personas sometidas a una cirugía refractiva logran una visión de 20/40 o mejor, suficiente para conducir sin lentes. Sin embargo, no todos son candidatos para todos los procedimientos, y entender las diferencias entre ellos es clave para tomar una decisión informada.

LASIK: Precisión con rápida recuperación

El LASIK (Laser-Assisted in Situ Keratomileusis) sigue siendo la técnica más popular a nivel mundial. Consiste en crear un pequeño colgajo en la córnea con un láser de femtosegundo, levantarlo y moldear el tejido subyacente con un láser excímer. Este procedimiento corrige miopía, hipermetropía y astigmatismo con resultados predecibles y una recuperación casi inmediata.

“La mayoría de los pacientes pueden volver a trabajar y conducir al día siguiente”, señala la AAO. No obstante, el LASIK no es ideal para todos. Las personas con córneas delgadas, ojo seco o antecedentes de queratocono pueden presentar riesgos de complicaciones. En esos casos, los especialistas suelen recomendar alternativas sin colgajo, como el PRK.

PRK y SMILE: Opciones seguras para distintos perfiles visuales

La PRK (Photorefractive Keratectomy) fue la primera técnica láser desarrollada y, aunque es más antigua que el LASIK, sigue siendo una opción muy segura. En lugar de crear un colgajo, el cirujano elimina el epitelio (la capa superficial de la córnea) antes de aplicar el láser. Esto implica una recuperación más lenta —alrededor de 5 a 7 días—, pero resulta ideal para quienes tienen córneas delgadas o profesiones que exponen a golpes o impactos oculares, como deportistas o militares.

Por otro lado, la SMILE (Small Incision Lenticule Extraction) representa la evolución más reciente de la cirugía refractiva. Utiliza un solo láser de femtosegundo para esculpir y extraer un pequeño lentículo dentro de la córnea, a través de una microincisión de solo 2–3 mm. No requiere levantar un colgajo, lo que reduce el riesgo de ojo seco y acelera la recuperación visual.

De acuerdo con un estudio publicado en Ophthalmology (2023), los resultados visuales del SMILE son comparables al LASIK, con una estabilidad refractiva a largo plazo y menos molestias postoperatorias. Sin embargo, el SMILE solo corrige miopía y astigmatismo hasta cierto grado, por lo que no todos los pacientes califican.

Elegir la técnica ideal

No existe una cirugía “mejor” para todos. El tipo de corrección depende del grosor corneal, la graduación, la estabilidad visual y el estilo de vida del paciente. Por eso, el primer paso siempre es una evaluación completa con topografía corneal, paquimetría y medición de lágrimas, para determinar la opción más segura.

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