La Dexametasona, un potente corticoide oftálmico, es un pilar en el tratamiento de inflamaciones, alergias y postoperatorios oculares. Su eficacia para reducir el edema, el enrojecimiento y el dolor es incuestionable. Sin embargo, detrás de su poder antiinflamatorio, reside un riesgo silencioso y devastador para un subgrupo de pacientes: la inducción de Glaucoma Secundario a Corticoides (GSC).
Este fenómeno no afecta a todos por igual, sino que existe una marcada predisposición genética y étnica. En un país como Perú, donde la prevalencia de glaucoma ya alcanza cerca del 3% de la población, y donde la herencia hispana (latina) es un factor de riesgo reconocido, es crucial entender cómo el uso, a menudo prolongado, de Dexametasona puede convertirse en un arma de doble filo para la salud visual.
¿Qué significa ser un «respondedor a esteroides»? (Glaucoma inducido)
El Glaucoma Inducido por Corticoides se produce por un aumento de la presión intraocular (PIO) tras la administración de esteroides, incluyendo la Dexametasona oftálmica. Esto se debe a que el medicamento dificulta la salida del humor acuoso del ojo, aumentando la resistencia en el sistema de drenaje.
En la población general, aproximadamente del 30% al 40% de las personas son clasificadas como «respondedores a esteroides», experimentando una elevación significativa de la PIO. Sin embargo, este riesgo se dispara hasta el 90% en pacientes que ya padecen Glaucoma Primario de Ángulo Abierto (GPAA), una enfermedad que, lamentablemente, más del 50% de los peruanos afectados ignora tener al no presentar síntomas en sus fases iniciales.
El peligro se magnifica con la Dexametasona, ya que, por su alta potencia antiinflamatoria y su larga duración de acción, tiene un efecto hipertensivo más marcado que otros corticoides. La elevación de la PIO puede manifestarse tan solo en 2 a 6 semanas de uso tópico, dependiendo de factores como la dosis, la vía de administración y la susceptibilidad individual.
El factor de riesgo étnico: relevancia para el paciente peruano
La susceptibilidad al glaucoma, y al GSC en particular, está fuertemente ligada a la etnia. Los pacientes de ascendencia afrodescendiente e hispana/latina presentan una prevalencia de Glaucoma Primario de Ángulo Abierto (GPAA) más alta que la población caucásica, siendo un factor de riesgo de primer orden.
En Perú, un país con una vasta población de origen hispano, este dato no puede ser ignorado. Un paciente peruano que necesite Dexametasona para una cirugía ocular o una inflamación, debe considerarse de alto riesgo si además presenta antecedentes familiares de glaucoma, miopía alta o diabetes, factores que en conjunto elevan su vulnerabilidad al daño del nervio óptico.
Según el Ministerio de Salud (MINSA) de Perú, el glaucoma es la segunda causa de ceguera en el país, superada solo por la catarata (que es reversible). La naturaleza irreversible del glaucoma, junto con la alta cifra de peruanos sin diagnóstico (más del 50%), hacen que la prescripción de corticoides potentes como la Dexametasona deba ser siempre bajo estricta y continua supervisión oftalmológica.
Protocolo de vigilancia: una medida crítica
Ante la necesidad de un tratamiento con Dexametasona oftálmica (o en otras vías con riesgo de absorción sistémica), el protocolo de vigilancia se convierte en el mecanismo de defensa esencial para la visión del paciente peruano de riesgo.
- Evaluación previa rigurosa
- Monitoreo estricto de la PIO
- Máximo de 14 días de uso
El conocimiento de estos riesgos y la adherencia a un estricto seguimiento son la única vía para aprovechar el beneficio antiinflamatorio de la Dexametasona sin caer en la trampa irreversible del glaucoma.