Hoy tocaremos un tema que, aunque no se menciona a menudo, es fundamental para muchas personas: cómo el glaucoma puede afectar tu vida laboral. Si te han diagnosticado esta enfermedad, es probable que te estés preguntando si podrás seguir trabajando en lo que amas o si tendrás que hacer ajustes significativos. La buena noticia es que, con el tratamiento adecuado y un buen seguimiento médico, la mayoría de las personas con glaucoma pueden mantener una vida laboral plena y productiva.
¿Qué trabajos pueden ser los más afectados por el glaucoma?
El impacto del glaucoma en tu vida laboral depende en gran medida del tipo de trabajo que realices. Aquellas profesiones que dependen de una agudeza visual perfecta o de un campo visual completo son las más vulnerables. Por ejemplo, si tu trabajo implica conducir vehículos (taxista, camionero, repartidor), es probable que la pérdida del campo visual periférico te impida continuar con esta actividad. La visión periférica es fundamental para detectar peligros en los laterales, y su deterioro progresivo es una de las principales consecuencias del glaucoma.
Otros trabajos que requieren una visión detallada y precisa, como el de cirujano, dentista, relojero o joyero, también pueden verse afectados. La dificultad para ver detalles finos o la necesidad de una iluminación específica pueden complicar estas tareas.

Por otro lado, si tu trabajo se desarrolla en una oficina, con tareas de lectura o frente a una computadora, es posible que experimentes fatiga visual, sensibilidad a la luz o dificultad para enfocar. Adaptar la iluminación de tu espacio de trabajo y realizar pausas frecuentes puede ser de gran ayuda.
Es importante que hables con tu empleador y con tu médico para explorar posibles adaptaciones que te permitan seguir siendo productivo sin poner en riesgo tu salud visual.
¿Qué opciones tienes para adaptar tu vida laboral?
La clave para seguir trabajando con glaucoma es la adaptación y la comunicación con tus pares. No debes quedarte callado, habla con tu especialista en glaucoma, tu empleador y tus compañeros de trabajo. Ellos pueden ser tus mejores aliados en este proceso. Quizá las siguientes opciones pueden ayudarte.
Puedes solicitar a tu empleador que realice cambios en tu lugar de trabajo. Esto puede incluir ajustes en la iluminación, el uso de pantallas de computadora con filtros especiales, un aumento del tamaño de la fuente o el uso de software de voz para lectura.
Si tu trabajo actual es insostenible debido al avance del glaucoma, es posible que necesites considerar una reconversión profesional. Existen programas de formación y recursos para personas con discapacidad visual que pueden ayudarte a adquirir nuevas habilidades y a encontrar un trabajo que se adapte mejor a tus necesidades.

Una excelente opción es el teletrabajo, ya que te permite adaptar tu entorno de trabajo a tus necesidades. La flexibilidad de horarios también puede ayudarte a manejar la fatiga visual y a asistir a tus citas médicas sin problemas.
Si ya has sido diagnosticado con glaucoma, es fundamental que sigas al pie de la letra las indicaciones de tu oftalmólogo. El tratamiento puede incluir gotas para los ojos, medicamentos orales, terapia con láser o cirugía. No ignores tu tratamiento, ya que este es el factor más importante para preservar tu visión y tu capacidad de seguir trabajando.
En conclusión, un diagnóstico de glaucoma no tiene por qué significar el fin de tu carrera. Con las adaptaciones adecuadas, la comunicación abierta y un compromiso con tu tratamiento, puedes seguir desempeñando tus funciones laborales y manteniendo tu independencia.