Practicar ejercicio es una de las mejores formas de cuidar tu salud, salvo cuando algunas posturas o movimientos pueden jugarle una mala pasada a tus ojos. Si tienes glaucoma o presión ocular alta, hay ciertos ejercicios —como el yoga o el levantamiento de pesas— que merecen atención especial. Aunque mantenerse activo es clave, la forma en que lo haces puede marcar la diferencia entre proteger o poner en riesgo tu visión.
Según la American Academy of Ophthalmology (AAO), actividades que implican mantener la cabeza invertida, contener la respiración o realizar grandes esfuerzos físicos pueden aumentar temporalmente la presión intraocular (PIO), el principal factor de riesgo del glaucoma. Por eso, más que dejar de moverte, se trata de hacerlo de manera segura y consciente.
Cuando el esfuerzo físico se vuelve un riesgo
Posturas de yoga como la Sirsasana (parada de cabeza), el perro boca abajo o la plancha invertida pueden elevar la presión dentro del ojo mientras la cabeza está por debajo del corazón. Un estudio publicado en PLOS ONE mostró que esta elevación puede ser inmediata y significativa, especialmente en personas con glaucoma.
Lo mismo ocurre con el levantamiento de pesas o los ejercicios que implican apneas respiratorias —es decir, contener el aire mientras haces fuerza—. Esta práctica, conocida como maniobra de Valsalva, genera un aumento de presión tanto en el abdomen como en el ojo.
El National Eye Institute (NEI) advierte que estos picos repetidos pueden contribuir a dañar el nervio óptico con el tiempo, incluso si la presión ocular en reposo se mantiene estable. Por eso, antes de comenzar cualquier rutina intensa, es fundamental conversar con el oftalmólogo o con un especialista en glaucoma que pueda indicar qué ejercicios son seguros en cada caso.
Cómo ejercitarte sin comprometer tus ojos
La buena noticia es que no tienes que dejar de moverte. Existen muchas formas seguras de mantenerse activo sin elevar la PIO. Los expertos recomiendan optar por caminatas, ciclismo ligero, natación o yoga suave, evitando siempre las posturas invertidas. También es importante respirar de forma regular durante el esfuerzo y no hacer fuerza excesiva.
Un artículo de la Glaucoma Research Foundation destaca que los ejercicios aeróbicos moderados pueden incluso reducir ligeramente la presión intraocular y mejorar el flujo sanguíneo hacia el nervio óptico. La clave está en la moderación y en conocer tus propios límites.
Si notas visión borrosa, dolor ocular o malestar durante una actividad, detente de inmediato y consulta con tu médico. La prevención sigue siendo la mejor herramienta para proteger tu vista.
En Glaucoma Lima Center, nuestros especialistas pueden orientarte sobre los ejercicios más adecuados según tu tipo de glaucoma y tu estilo de vida. Recuerda: cuidar tu cuerpo también significa cuidar tus ojos.
