El glaucoma es una enfermedad ocular crónica que daña progresivamente el nervio óptico y que, en muchos casos, está relacionada con una presión intraocular elevada. Por eso, no es extraño que los pacientes se pregunten si factores cotidianos —como el estrés emocional— pueden influir en la evolución de la enfermedad o en el control de la presión ocular.
Situaciones de tensión, ansiedad prolongada o episodios de estrés intenso forman parte de la vida diaria. Pero ¿realmente pueden afectar la presión del ojo? ¿O se trata de un mito frecuente? Entender esta relación ayuda a tomar mejores decisiones y a cuidar la visión de forma integral.
¿Puede el estrés emocional afectar la presión intraocular?
La evidencia médica indica que el estrés emocional no causa glaucoma, pero sí puede provocar aumentos temporales de la presión intraocular en algunas personas. Esto ocurre porque el estrés activa el sistema nervioso simpático, elevando la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina.
Diversos estudios fisiológicos publicados en bases científicas como PubMed (National Institutes of Health) han mostrado que estos cambios pueden asociarse a variaciones transitorias de la presión ocular, especialmente durante episodios de estrés agudo. Sin embargo, estos aumentos suelen ser leves y pasajeros, y no equivalen al daño sostenido que caracteriza al glaucoma.
La American Academy of Ophthalmology (AAO) y el National Eye Institute (NEI) coinciden en que el glaucoma es una enfermedad multifactorial, donde la presión intraocular elevada de forma persistente, la genética y otros factores estructurales del ojo son los elementos clave. El estrés, por sí solo, no desencadena la enfermedad ni reemplaza la necesidad de tratamiento médico.
Estrés, presión ocular y tratamiento del glaucoma
Un punto importante es que el estrés emocional no sustituye ni invalida el tratamiento oftalmológico. Suspender gotas, modificar dosis o confiar únicamente en técnicas de relajación puede ser perjudicial. El control de la presión ocular sigue dependiendo del uso adecuado de medicamentos, procedimientos láser o cirugía, según cada caso.
No obstante, manejar el estrés puede ser un complemento positivo dentro de un enfoque integral de salud, ya que ayuda a mantener hábitos más estables, mejora la adherencia al tratamiento y reduce otros factores que pueden afectar la salud general.
Consejos prácticos para manejar el estrés si tienes glaucoma
Sin caer en soluciones milagrosas, existen medidas sencillas que pueden ayudar a reducir el impacto del estrés en el día a día:
- Mantén rutinas estables: horarios regulares para dormir, comer y aplicar tus gotas oftálmicas ayudan al control general.
- Ejercicio moderado: caminar, nadar o hacer estiramientos suaves contribuye a reducir el estrés. Siempre consulta con tu oftalmólogo si tienes dudas.
- Respiración y relajación: técnicas de respiración profunda o mindfulness pueden disminuir la respuesta física al estrés.
- Evita la automedicación: algunos fármacos para la ansiedad o el estrés pueden tener efectos secundarios o interacciones.
- Controles periódicos: el seguimiento médico permite detectar variaciones reales de la presión ocular y ajustar el tratamiento a tiempo.
Lo que el estrés NO hace
Es importante aclararlo:
- El estrés no cura ni empeora directamente el glaucoma de forma permanente.
- No reemplaza el tratamiento médico.
- No explica por sí solo un aumento sostenido de la presión ocular.
Si la presión se eleva de manera persistente, la causa debe evaluarse clínicamente.
Cuidar la visión también implica cuidar el bienestar
El glaucoma requiere un manejo constante y responsable. Si bien el estrés emocional puede influir de manera temporal en la presión ocular, el control real de la enfermedad depende de un seguimiento especializado y del cumplimiento del tratamiento indicado.
En Glaucoma Lima Center, abordamos el glaucoma desde una mirada integral, combinando control médico, tecnología diagnóstica y acompañamiento continuo al paciente. Si notas cambios en tu visión o tienes dudas sobre cómo el estrés puede afectar tu salud ocular, agenda una evaluación con nuestro equipo especializado.
