La detección de glaucoma infantil y juvenil es clave.

Cuando pensamos en glaucoma, a menudo imaginamos una condición que afecta principalmente a los adultos mayores. Sin embargo, ¿qué pasaría si te dijera que esta enfermedad silenciosa también puede presentarse en la infancia o la juventud? Hablamos del glaucoma infantil y juvenil, una realidad que, aunque menos común, es crucial entender. Si tienes hijos o eres joven y te preocupa tu salud ocular, este artículo es para ti.

¿Por qué debes preocuparte por el glaucoma infantil y juvenil?

Como lo hemos explicado en muchos artículos, el glaucoma es un grupo de enfermedades oculares que dañan el nervio óptico, a menudo debido a una presión intraocular (PIO) elevada. En el caso de los niños y jóvenes, la situación es particularmente delicada porque sus ojos aún están en desarrollo. Una detección tardía puede tener consecuencias devastadoras para su calidad de vida futura.

Imagina que el ojo es como un globo que se llena de un líquido llamado humor acuoso. Este líquido debe circular y drenar correctamente para mantener una presión estable. Si el sistema de drenaje no funciona bien, el líquido se acumula, la presión dentro del ojo aumenta y el nervio óptico empieza a sufrir.

El glaucoma infantil, también conocido como glaucoma congénito o primario infantil, se diagnostica desde el nacimiento hasta aproximadamente los 3 años de edad. Generalmente, se presenta entre los 3 años y la adolescencia tardía o principios de la adultez joven. Este diagnóstico es poco común, pero significativa que es una de las causas más comunes de ceguera evitable en la infancia.

Examen de vista en niños es muy importante
El examen de vista en niños es crucial para su desarrollo y qué esperar de la consulta. (Foto: Gemini AI / Glaucoma Lima Center)

Señales de alerta: ¿Cómo identificar el glaucoma en niños y jóvenes?

Detectar el glaucoma en niños puede ser un desafío porque, a diferencia de los adultos, ellos no siempre pueden comunicar lo que sienten. Es aquí donde tu papel como padre, madre o cuidador es fundamental. Presta atención a estos signos, que pueden indicar la presencia de glaucoma.

Si notas que uno o ambos ojos de tu bebé parecen inusualmente grandes (Buphtalmos), o si la córnea (la parte transparente frontal del ojo) se ve turbia o blanquecina, esto es una señal de alarma. Es un indicio de que la presión interna del ojo está estirando el globo ocular o afectando su transparencia.

Tu hijo podría fruncir el ceño, cerrar los ojos o quejarse de que la luz le molesta. Esto es un síntoma común de irritación ocular, o conocido como fotofobia.

Si los ojos de tu hijo lagrimean constantemente sin razón aparente (como un resfriado o una alergia), podría ser un signo. Por otro lado, un parpadeo excesivo o contracciones involuntarias de los párpados (Blefaroespasmo) pueden ser un síntoma de irritación ocular severa.

En el caso del glaucoma juvenil, los síntomas pueden ser más sutiles y se asemejan a los del glaucoma en adultos, como la pérdida gradual de la visión periférica. Esto subraya la importancia de los chequeos oftalmológicos regulares, incluso si no hay síntomas evidentes.

Descubre cuáles son la causas y síntomas de glaucoma en niños.
Conoce las estadísticas, tratamientos disponibles y ayuda experta para proteger la visión de tus hijos. (Gemini AI)

¿El glaucoma es hereditario? Origen y factores de riesgo

La pregunta sobre la herencia es muy relevante en el glaucoma infantil y juvenil. La respuesta es sí, la genética juega un papel significativo.

El glaucoma infantil primario es a menudo hereditario, causado por mutaciones genéticas específicas que afectan el desarrollo del sistema de drenaje del ojo. La Alianza para la Investigación del Glaucoma (Glaucoma Research Alliance) menciona que «muchos casos de glaucoma congénito primario se heredan». Si hay antecedentes familiares de glaucoma en la infancia o la juventud, es crucial que se realicen exámenes oftalmológicos exhaustivos a los niños desde temprana edad.

El rol del diagnóstico temprano y el tratamiento

Si sospechas que tu hijo podría tener glaucoma, o si tienes antecedentes familiares, no dudes en buscar la opinión de un oftalmólogo pediátrico. La detección temprana es el pilar fundamental para preservar la visión. Un examen completo puede incluir la medición de la presión intraocular, la evaluación del nervio óptico y el campo visual, y pruebas de imagen como la tomografía de coherencia óptica (OCT).

El tratamiento del glaucoma en niños y jóvenes puede variar y dependerá de la causa y la severidad de la condición. En muchos casos, la cirugía es el tratamiento de primera línea para corregir los problemas de drenaje del ojo. Procedimientos como la goniotomía o la trabeculotomía pueden crear nuevas vías para el flujo del humor acuoso.

Luego pueden estar las gotas oculares que reducen la producción de líquido o mejoran su drenaje pueden ser usadas, a menudo, como complemento a la cirugía o en casos de glaucoma juvenil. Después del tratamiento, el seguimiento regular es vital para monitorear la presión intraocular y la salud del nervio óptico.

Como padre, madre o persona joven, tienes el poder de proteger tu visión o la de tus hijos. No subestimes la importancia de los chequeos regulares y la atención a las señales de alerta.

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