Recibir el resultado de una presión ocular “normal” suele generar tranquilidad. Sin embargo, existe un tipo de glaucoma que puede avanzar silenciosamente incluso cuando la presión del ojo está dentro de los valores considerados normales. Se trata del glaucoma de tensión normal, una variante menos conocida pero igual de peligrosa si no se detecta a tiempo.
En estos casos, el daño al nervio óptico no se explica solo por la presión intraocular. Por eso, muchas personas pasan meses o incluso años sin diagnóstico, hasta que aparecen alteraciones en el campo visual. Entender cómo funciona este tipo de glaucoma y cuáles son las pruebas clave para detectarlo puede marcar una gran diferencia en el pronóstico visual.
¿Qué es exactamente el glaucoma de tensión normal?
El glaucoma de tensión normal es una forma de glaucoma en la que el nervio óptico se daña aun cuando la presión intraocular se mantiene dentro de rangos considerados normales (generalmente entre 10 y 21 mmHg). A pesar de ello, el daño progresa de manera similar al glaucoma de ángulo abierto clásico.
Los especialistas consideran que, en estos pacientes, influyen otros factores además de la presión, como:
- Alteraciones en la circulación sanguínea del nervio óptico
- Tendencia a la presión arterial baja (especialmente durante la noche)
- Migrañas, síndrome de Raynaud u otros trastornos vasculares
- Mayor sensibilidad del nervio óptico al estrés mecánico
Esto explica por qué no basta con “medir la presión” para descartar por completo un glaucoma. El nervio óptico debe evaluarse de forma directa y periódica.
¿Cómo se detecta si la presión está normal?
El diagnóstico del glaucoma de tensión normal se basa en un conjunto de exámenes, no en una sola prueba. Los más importantes son:
- Evaluación del nervio óptico mediante fondo de ojo y tomografía de coherencia óptica (OCT), donde se observa el adelgazamiento de las fibras nerviosas.
- Campimetría o campo visual, que permite detectar pérdidas visuales periféricas, muchas veces imperceptibles para el paciente.
- Medición repetida de la presión intraocular, en distintos horarios, ya que puede variar durante el día.
- Gonioscopía, para confirmar que el ángulo de drenaje del ojo esté abierto.
Solo un oftalmólogo especialista puede integrar todos estos resultados y confirmar el diagnóstico. Por eso, aunque tus valores de presión salgan “normales”, nunca deben evaluarse de forma aislada.
Síntomas: por qué suele detectarse tarde
Uno de los mayores problemas del glaucoma de tensión normal es que no suele dar molestias en etapas tempranas. La visión central se mantiene conservada durante mucho tiempo y los cambios ocurren de manera lenta en la periferia del campo visual.
Cuando aparecen síntomas, estos pueden incluir:
- Dificultad para ver de lado
- Tropiezos frecuentes
- Sensación de “visión en túnel” en etapas avanzadas
- Pérdida visual irreversible si no se trata a tiempo
Por eso, muchas personas llegan al diagnóstico de forma incidental, durante un chequeo oftalmológico de rutina.
¿Cómo se trata si la presión ya es normal?
Aunque pueda parecer contradictorio, el tratamiento también busca reducir aún más la presión intraocular, ya que se ha demostrado que incluso pequeñas disminuciones ayudan a frenar la progresión del daño en el nervio óptico.
Las opciones incluyen:
- Gotas hipotensoras
- Tratamientos con láser en casos seleccionados
- Cirugía filtrante o microcirugías cuando el daño progresa pese al tratamiento médico
Además, el especialista puede evaluar factores sistémicos como la presión arterial nocturna y la circulación, especialmente en pacientes con antecedentes vasculares.
El seguimiento: la clave para conservar la visión
En el glaucoma de tensión normal, el seguimiento periódico es tan importante como el tratamiento inicial. Esto implica controles de presión, OCT del nervio óptico y campos visuales de manera regular, según cada caso.
Detectar a tiempo cualquier cambio permite ajustar el tratamiento antes de que el daño sea significativo. Cuando el control es adecuado, muchos pacientes logran conservar una buena visión durante años.
Una advertencia importante para los pacientes
Tener un resultado “normal” en un examen de presión no descarta completamente el glaucoma. Si existen cambios en el nervio óptico o en el campo visual, el diagnóstico debe analizarse de forma integral. Por eso, los chequeos oftalmológicos completos son fundamentales, especialmente en personas mayores de 40 años o con antecedentes familiares.
Cuando el cuidado oportuno marca la diferencia
El glaucoma de tensión normal demuestra que la salud visual no depende de un solo número. El nervio óptico necesita ser evaluado con tecnología adecuada, experiencia médica y seguimiento constante. Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia entre conservar la visión o perderla de manera silenciosa.
Si tienes antecedente de glaucoma, cambios en tus exámenes o dudas sobre tu nervio óptico, una evaluación especializada puede darte claridad y tranquilidad. En Glaucoma Lima Center, contamos con tecnología avanzada y un equipo especializado para acompañarte en cada etapa del diagnóstico y control de esta enfermedad.
