Diciembre, Año Nuevo y los meses de verano son sinónimo de viajes, reencuentros y descanso. Miles de personas se movilizan dentro y fuera del país en trayectos largos por bus o avión. Sin embargo, para quienes viven con glaucoma, esta época también puede generar dudas y preocupaciones: ¿los cambios de presión afectan la visión?, ¿puedo viajar en avión sin riesgo?, ¿qué pasa si me olvido las gotas durante el viaje?
El glaucoma es una enfermedad crónica que daña progresivamente el nervio óptico y, según la American Academy of Ophthalmology (AAO), su control depende en gran medida de mantener una presión intraocular estable y un tratamiento constante. Por eso, durante los viajes largos —especialmente en temporadas de calor, deshidratación y cambios de rutina— es fundamental saber cómo proteger la visión y evitar descompensaciones que puedan pasar desapercibidas.
¿Viajar en bus o avión puede afectar a pacientes con glaucoma?
Uno de los principales temores de los pacientes es si los cambios de presión durante un vuelo pueden elevar la presión intraocular. Según el National Eye Institute (NEI), las cabinas de los aviones están presurizadas a un nivel seguro para la mayoría de las personas, incluidos los pacientes con glaucoma. En general, volar no provoca aumentos peligrosos de la presión ocular en pacientes estables.
No obstante, existen otros factores propios de los viajes largos que sí pueden influir indirectamente:
- Deshidratación, muy frecuente en vuelos prolongados y viajes en bus durante el verano.
- Olvido o mala administración de las gotas por cambios de horario o cansancio.
- Estrés físico, falta de sueño y exposición prolongada al aire acondicionado.
- En viajes por carretera, las largas horas sentado pueden afectar la circulación y el bienestar general.
Mayo Clinic señala que, aunque estos factores no producen glaucoma por sí mismos, pueden interferir con el control adecuado de la enfermedad si el paciente no mantiene su tratamiento de manera estricta.
En el caso de pacientes operados recientemente de glaucoma o que han recibido procedimientos con láser, los especialistas recomiendan evitar viajes largos sin una evaluación previa, ya que el ojo aún se encuentra en proceso de cicatrización.
Recomendaciones clave para viajar con glaucoma en Navidad y verano
Los especialistas coinciden en que viajar con glaucoma es seguro si la enfermedad está controlada y se siguen ciertas medidas preventivas. Estas son las principales recomendaciones médicas respaldadas por la AAO:
Antes del viaje
- Realizar un control oftalmológico previo, sobre todo si el viaje será largo o al extranjero.
- Llevar suficiente cantidad de gotas, incluso algunos frascos de repuesto.
- Solicitar al médico una receta o constancia médica, especialmente para viajes en avión.
- Informar al especialista si ha tenido cirugías recientes o cambios en la visión.
Durante el viaje
- Mantener una hidratación constante, especialmente en vuelos.
- Aplicar las gotas siempre en el horario indicado, aunque haya cambio de huso horario.
- Evitar frotarse los ojos y protegerlos del aire acondicionado directo.
- En viajes en bus, realizar pequeños movimientos corporales para evitar la fatiga prolongada.
Después del viaje
- Si el trayecto fue muy largo o hubo molestias, se recomienda un control al retorno.
- Ante síntomas como visión borrosa persistente, dolor ocular o enrojecimiento, se debe consultar de inmediato.
Es importante recordar que el daño por glaucoma es irreversible, por lo que incluso pequeños descuidos en el tratamiento pueden impactar a largo plazo. La constancia es la base para conservar la visión.
En suma
Viajar en Navidad, Año Nuevo o durante el verano no tiene por qué ser un riesgo para las personas con glaucoma. Con una enfermedad correctamente controlada, seguimiento médico y cuidados básicos durante el trayecto, es posible disfrutar de los viajes sin comprometer la salud visual. La clave está en la prevención, el orden en el tratamiento y la evaluación médica antes de salir de casa.
En Glaucoma Lima Center, acompañamos a nuestros pacientes antes, durante y después de sus viajes, con controles especializados y tecnología avanzada para evaluar la presión ocular y el estado del nervio óptico. Si tienes un viaje programado en estas fiestas o en verano, agenda tu evaluación preventiva y protege tu visión mientras disfrutas tus vacaciones.
