Si estás lidiando con el glaucoma, sabes que el objetivo principal es controlar la presión intraocular (PIO) para proteger tu nervio óptico y la visión que aún tienes. En muchos casos, los medicamentos o el tratamiento con láser son suficientes. Sin embargo, ¿qué sucede cuando estas opciones ya no funcionan o tu tipo de glaucoma es particularmente agresivo? Es ahí donde entran en juego los dispositivos de drenaje para glaucoma, también conocidos como implantes.
Entiendo que la idea de una cirugía y un implante en el ojo puede sonar intimidante. Pero quiero que sepas que estos procedimientos han evolucionado enormemente y son una de las herramientas más efectivas que tenemos los oftalmólogos para tratar el glaucoma avanzado o complejo. A continuación, te guiaré a través de los diferentes tipos de dispositivos, su funcionamiento y cómo pueden ser la solución que necesitas para mantener tu calidad de vida.

¿Cómo funcionan y cuáles son los tipos de implantes de drenaje?
Estos dispositivos, generalmente hechos de silicona, constan de dos partes principales: un tubo y una placa. El tubo se inserta dentro de la cámara anterior del ojo para drenar el líquido, y la placa se sutura a la esclera (la parte blanca del ojo) por debajo de la conjuntiva, creando un reservorio por donde el líquido se absorbe gradualmente. Existen varios tipos de implantes, y la elección de uno u otro dependerá de tu situación específica, el tipo de glaucoma y el criterio de tu cirujano.
Las válvulas de glaucoma (Tipo Ahmed)
Están diseñadas con un mecanismo que regula el flujo del líquido. Piensa en ella como una válvula de seguridad que impide que el drenaje sea demasiado rápido, lo cual podría causar una presión ocular peligrosamente baja. Esta característica la hace muy útil para pacientes con una PIO muy alta que necesitan un control más inmediato.
Los tubos de drenaje sin válvula (Tipo Baerveldt)
Para evitar una caída brusca de la presión después de la cirugía, el cirujano suele atar temporalmente el tubo con una sutura absorbible. Con el tiempo, la sutura se disuelve, permitiendo que el líquido fluya libremente y la presión disminuya gradualmente. Este tipo de implante es conocido por ofrecer un control de la PIO más bajo y sostenido a largo plazo.

Lo que debes saber antes, durante y después de un implante de drenaje para glaucoma
La cirugía para colocar un implante de drenaje es un procedimiento ambulatorio que se realiza bajo anestesia local o general. El cirujano hace una pequeña incisión en la conjuntiva y coloca la placa del implante en la esclera. Luego, el tubo se inserta en el ojo para permitir el drenaje del humor acuoso. La duración de la cirugía suele ser de 1 a 2 horas.
El postoperatorio es crucial para el éxito del procedimiento. Es normal que experimentes molestias, enrojecimiento y visión borrosa en los primeros días. Tu papel será seguir al pie de la letra las instrucciones de tu médico, que incluirán el uso de gotas oftálmicas para prevenir infecciones y reducir la inflamación. El seguimiento es vital para que tu oftalmólogo monitoree la PIO y se asegure de que el implante está funcionando correctamente.
A largo plazo, el implante se integra en el tejido del ojo, y la mayoría de los pacientes no lo sienten.
¿Quiénes son candidatos ideales para un implante de drenaje?
Si te preguntas si esta opción es para ti, considera que los candidatos más comunes son personas con:
- Glaucoma avanzado
- Glaucoma secundario
- Fallos de cirugías de glaucoma previas
Si tu glaucoma ha progresado a pesar de los tratamientos convencionales, es fundamental que hables con tu oftalmólogo sobre los implantes de drenaje. No te quedes con la duda. Esta podría ser la clave para detener la progresión de la enfermedad y proteger la visión que tanto valoras.