¿Alguna vez notaste una pequeña carnosidad o mancha blanquecina que crece en la parte blanca de tu ojo? Eso podría ser un pterigión, una condición más común de lo que parece, sobre todo en personas que pasan mucho tiempo al sol o en ambientes con viento y polvo. Aunque al inicio no causa dolor, puede avanzar y llegar a afectar tu visión si no se trata a tiempo.
Según la American Academy of Ophthalmology (AAO), el pterigión suele desarrollarse por la exposición prolongada a la radiación ultravioleta (UV), especialmente en personas que pasan mucho tiempo al aire libre sin protección ocular. Además, factores como el viento, el polvo y la sequedad ocular pueden irritar la superficie del ojo y favorecer su aparición o empeorar su evolución. Por eso, reconocer en qué etapa se encuentra y acudir al oftalmólogo a tiempo es clave para evitar complicaciones.
¿Qué es exactamente el pterigión en el ojo?
El pterigión es un crecimiento anormal de tejido en la conjuntiva —esa fina capa transparente que recubre el ojo— que puede extenderse hacia la córnea. Al principio, se ve como una mancha pequeña cerca del lagrimal, pero con el tiempo puede volverse más visible y causar picazón, enrojecimiento o sensación de tener algo dentro del ojo.
Según el National Eye Institute (NEI), el pterigión puede desarrollarse por una exposición prolongada a los rayos ultravioleta (UV), así como por el viento y el polvo, factores que irritan la superficie del ojo con el tiempo.
Además, investigaciones publicadas en la National Library of Medicine (NIH) señalan que esta afección también se asocia con la sequedad ocular y la inflamación de la superficie del ojo, lo que puede acelerar su crecimiento. Por eso, detectar a tiempo los primeros signos y acudir al oftalmólogo permite prevenir complicaciones mayores.
Los grados del pterigión: cómo saber si está avanzando
Los especialistas clasifican el pterigión en diferentes grados según cuánto avanza sobre la córnea. De acuerdo con un estudio publicado en la NIH, existen tres niveles principales:
- Grado 1: cuando la cabeza del pterigión se encuentra entre el limbo (borde del ojo) y un punto intermedio entre el limbo y la pupila.
- Grado 2: cuando alcanza el borde de la pupila.
- Grado 3: cuando sobrepasa el borde pupilar y puede afectar la visión.
Este tipo de clasificación ayuda al oftalmólogo a determinar el tratamiento más adecuado, ya que en etapas iniciales se puede controlar con medidas preventivas, mientras que en fases más avanzadas puede requerir cirugía.
Cuida tus ojos a tiempo
El pterigión no solo afecta la apariencia del ojo, también puede dañar la visión si se deja avanzar. Por eso, si notas cualquier cambio o molestia, lo mejor es consultar con un especialista y no esperar a que empeore.
En Glaucoma Lima Center, nuestros oftalmólogos pueden revisar tu caso, determinar el grado del pterigión y ofrecerte el tratamiento más adecuado. Agenda tu cita hoy y dale a tus ojos el cuidado que necesitan.
