La gonioscopia es un procedimiento indoloro que tu oftalmólogo utiliza para examinar una parte específica de tu ojo llamada el ángulo iridocorneal o ángulo de drenaje. Este ángulo es fundamental porque es donde se encuentra la malla trabecular, una estructura que permite la salida del humor acuoso, el líquido que nutre tu ojo y mantiene su presión interna. Si este sistema de drenaje no funciona correctamente, la presión dentro del ojo puede aumentar, llevando a condiciones serias como el glaucoma.
Cuando tu oftalmólogo realiza una gonioscopia, utiliza una lente especial -llamada lente de gonioscopia- que se coloca suavemente sobre la superficie de tu ojo, previa aplicación de gotas anestésicas. Esta lente, que puede tener espejos internos, permite visualizar directamente el ángulo de drenaje que, de otra forma, no es visible en un examen ocular de rutina. Imagina que es como mirar por una ventana para ver una esquina de una habitación que de otro modo estaría oculta.
La importancia de este examen radica en su capacidad para clasificar el tipo de glaucoma que podrías tener. Y como ya lo he mencionado en algunos artículos anteriores, existen dos tipos:
- Glaucoma de ángulo abierto: En este caso, el ángulo de drenaje parece estar anatómicamente abierto, pero el sistema de drenaje no funciona de manera eficiente.
- Glaucoma de ángulo cerrado: Aquí, el ángulo de drenaje está parcial o totalmente bloqueado, impidiendo que el humor acuoso salga correctamente.

¿Cuándo tu oftalmólogo te recomendaría una gonioscopia?
Es posible que te preguntes cuándo es necesario este examen. La gonioscopia no es un procedimiento de rutina en todas las revisiones oculares, pero tu oftalmólogo te la recomendará en diversas situaciones, especialmente si hay sospecha de glaucoma o si ya has sido diagnosticado con esta enfermedad. Algunas de las razones comunes incluyen:
- Elevación de la presión intraocular (PIO)
- Sospecha de glaucoma
- Evaluación preoperatoria
- Seguimiento del glaucoma
- Antecedentes de trauma ocular
Tu médico te explicará si este examen es pertinente en tu caso y por qué. Confía en su experiencia para guiarte en el cuidado de tu visión.
¿Cómo prepararte y qué esperar durante una gonioscopia?
La buena noticia es que la preparación para una gonioscopia es mínima y el procedimiento es rápido y generalmente bien tolerado. Primero, tu oftalmólogo o su asistente te aplicará unas gotas anestésicas en el ojo para adormecer la superficie. Esto asegura que no sientas ninguna molestia cuando la lente de gonioscopia entre en contacto con tu ojo. También es posible que te apliquen unas gotas de un gel viscoso para ayudar a la lente a deslizarse suavemente y mejorar la visualización.
Durante el examen, te sentarás cómodamente en una silla frente a un microscopio llamado lámpara de hendidura. Tu oftalmólogo te pedirá que apoyes la barbilla y la frente en el soporte. Luego, con mucho cuidado, colocará la lente de gonioscopia sobre la superficie de tu ojo. Es posible que sientas una ligera presión, pero no debe ser doloroso.

Tu médico moverá la lente y ajustará la iluminación para examinar el ángulo de drenaje desde diferentes perspectivas. Te pedirá que mires en distintas direcciones para facilitar la visualización de todas las estructuras. El examen suele durar solo unos pocos minutos.
Después de la gonioscopia, es posible que experimentes una visión borrosa temporal debido a las gotas anestésicas o al gel. También podrías sentir una leve irritación o enrojecimiento en el ojo, pero estos efectos suelen desaparecer rápidamente. Podrás retomar tus actividades normales, aunque si tu visión está borrosa, es recomendable que evites conducir hasta que se normalice.
Es importante que le informes a tu oftalmólogo si tienes alguna alergia a medicamentos o si estás usando lentes de contacto, ya que deberás quitártelos antes del examen.
Entender la gonioscopia y su relevancia es un paso más hacia el cuidado proactivo de tu salud visual. Recuerda que la detección temprana del glaucoma es clave para prevenir la pérdida irreversible de la visión. No subestimes la importancia de las revisiones oculares periódicas, especialmente si tienes factores de riesgo.