Si vives con glaucoma, sabes que tus gotas oculares no son solo un medicamento; son una parte vital de tu rutina diaria para proteger tu visión. Pero seamos honestos, la vida sucede. Y en algún momento, la pregunta inevitable surgirá: ¿Qué pasa si se me olvida ponerme las gotas para el glaucoma? No te preocupes, no estás solo en esto. Es una preocupación común, y en este artículo, te daré la información más valiosa y práctica para que sepas exactamente cómo actuar.
La importancia crucial de la adherencia al tratamiento
Entendamos primero por qué este olvido te genera tanta inquietud. Las gotas para el glaucoma funcionan reduciendo la presión intraocular, el factor de riesgo modificable más importante para la progresión de la enfermedad. Mantener una PIO estable y dentro de tu rango objetivo es clave para preservar tu nervio óptico y, en última instancia, tu visión.
Imagina que tu nervio óptico es como un cable de fibra óptica muy delicado que conecta tu ojo con tu cerebro. El glaucoma daña este cable poco a poco, y tus gotas son como un escudo protector para ese cable. Si te las olvidas, el escudo se debilita, aunque sea por un corto tiempo.

¿Olvidé una dosis, ahora que debo hacer?
Aquí está el escenario más común: estás a mitad del día o a punto de acostarte y te das cuenta de que no te pusiste las gotas a la hora que te tocaba. Lo primero de todo es no entrar en pánico.
Si lo recuerdas poco después de la hora programada (1-2 horas), ponte las gotas tan pronto como te acuerdes. Si, por ejemplo, tus gotas son a las 8 AM y son las 9:30 AM, póntelas. Luego, continúa con tu próxima dosis como de costumbre. Ahora, si lo recuerdas ya casi al tiempo de la siguiente dosis, no te pongas una doble para compensar. Esto es muy importante.
¿Ahora, por qué no una dosis doble? Porque la mayoría de las gotas para el glaucoma están diseñadas para funcionar durante un período específico. Una dosis extra no extenderá su efecto ni compensará el tiempo perdido; solo podría causar irritación o efectos adversos sistémicos.

Consejos prácticos para evitar olvidos y mejorar tu adherencia
Sé que suena simple, pero la clave para evitar estos sustos es establecer una rutina. Aquí te doy algunas estrategias que pueden ser un éxito durante años:
- Asocia tus gotas con una actividad diaria: ¿Te cepillas los dientes por la mañana y por la noche? ¿Tomas tu café? Usa estas actividades como «recordatorios». Pon tus gotas junto a tu cepillo de dientes o tu cafetera.
- Usa alarmas en tu teléfono: Configura alarmas diarias. Puedes etiquetarlas como «Gotas Glaucoma AM» y «Gotas Glaucoma PM».
- Aplica una aplicación de recordatorios: Hay muchas apps diseñadas específicamente para recordar medicamentos. Pregúntale a tu oftalmólogo o farmacéutico si tienen alguna recomendación.
- Habla con tu familia: Pide a un miembro de tu familia que te recuerde si es necesario. El apoyo de tus seres queridos es invaluable.
- Lleva un control: Algunos pacientes encuentran útil marcar un calendario o usar un pequeño cuaderno para registrar cada dosis. Esto te da una visión clara de tu cumplimiento.
- Prepara tus medicamentos para viajes: Si viajas, asegúrate de llevar tus gotas en tu equipaje de mano y tener suficientes para toda la duración de tu viaje, más unos días extra por si acaso.
Un olvido ocasional probablemente no causará un daño irreversible. Sin embargo, la frecuencia de los olvidos es lo que más preocupa. Si te das cuenta de que olvidas tus gotas con regularidad, es crucial que hables con tu oftalmólogo. No tengas miedo ni vergüenza de admitirlo. Tu médico está ahí para ayudarte, no para juzgarte. Recuerda, la clave es la consistencia. Pequeños pasos cada día suman para proteger tu vista a largo plazo.