Tener estrabismo genera muchas dudas, especialmente cuando se asocia con otras enfermedades oculares como el glaucoma. La desalineación de los ojos suele percibirse como un problema visible y, en muchos casos, estético o funcional. En cambio, el glaucoma es conocido como el “ladrón silencioso de la visión” porque puede avanzar sin síntomas evidentes hasta etapas avanzadas. Cuando ambas condiciones aparecen en una misma conversación, es común pensar que una puede causar la otra.
Sin embargo, la oftalmología es clara al respecto: el estrabismo y el glaucoma no tienen una relación directa de causa-efecto. Aun así, existen situaciones clínicas específicas en las que pueden coexistir, y es justamente ahí donde el control especializado cobra una importancia fundamental. Instituciones como la American Academy of Ophthalmology (AAO) y el National Eye Institute (NEI) destacan que cualquier alteración visual persistente debe evaluarse de forma integral para descartar compromiso del nervio óptico.
¿El estrabismo puede causar glaucoma? Mito, realidad y lo que dice la oftalmología
Desde el punto de vista médico, el estrabismo es un trastorno de la alineación ocular, producido por un desequilibrio en los músculos del ojo o en los nervios que los controlan. El glaucoma, en cambio, es una enfermedad progresiva del nervio óptico, generalmente asociada a un aumento de la presión intraocular o a alteraciones en el drenaje del humor acuoso.
La AAO es enfática al señalar que el estrabismo no causa glaucoma, ni el glaucoma provoca estrabismo de forma directa. Son patologías distintas, con mecanismos, factores de riesgo y tratamientos diferentes. Aun así, pueden presentarse juntas en algunos escenarios específicos.
Uno de ellos es el glaucoma congénito o infantil. En estos casos, el aumento de la presión ocular desde edades muy tempranas puede provocar daño visual significativo. Cuando la visión de uno o ambos ojos se ve afectada durante la infancia, el desarrollo normal de la visión binocular puede alterarse, favoreciendo la aparición de estrabismo. Según explica el National Eye Institute, la mala calidad visual temprana puede llevar al cerebro a “suprimir” la imagen de un ojo, generando desviación ocular.
En adultos, la coexistencia es menos frecuente, pero puede darse en situaciones de glaucoma avanzado, cuando la pérdida severa del campo visual afecta la percepción espacial y la coordinación visual. También puede ocurrir en personas con enfermedades neurológicas, traumatismos o cirugías oculares complejas, donde ambos problemas son consecuencia de una condición mayor, no de una relación directa entre sí.
Es importante recalcar que tener estrabismo no aumenta automáticamente el riesgo de desarrollar glaucoma. Los principales factores de riesgo para el glaucoma siguen siendo la edad, los antecedentes familiares, la presión intraocular elevada, el uso prolongado de corticoides y ciertas enfermedades sistémicas como la diabetes.
Estrabismo, glaucoma y control oftalmológico: cuándo sí debes preocuparte
Aunque no exista una relación causal, sí hay situaciones en las que una persona con estrabismo debe descartar glaucoma mediante exámenes especializados. El NEI advierte que el glaucoma puede avanzar sin síntomas durante años, por lo que confiar solo en la presencia o ausencia de molestias es un error frecuente.
Debes acudir a una evaluación oftalmológica integral si, además del estrabismo, presentas alguno de estos signos:
- Visión borrosa persistente
- Halos alrededor de las luces
- Dolor ocular
- Pérdida progresiva del campo visual
- Cefaleas asociadas a molestias visuales
En niños, las señales de alarma requieren aún más atención. El glaucoma congénito puede manifestarse con ojos grandes, sensibilidad a la luz, lagrimeo constante y opacidad en la córnea, además de desviación ocular. La detección temprana es clave, ya que el daño al nervio óptico en la infancia puede ser irreversible si no se trata a tiempo.
En adultos con estrabismo desde la niñez, existe otro punto crítico: muchas personas no se realizan controles periódicos del nervio óptico ni de la presión intraocular, asumiendo que su problema visual se limita solo a la alineación de los ojos. Esto puede retrasar el diagnóstico de un glaucoma en etapas iniciales, cuando todavía es posible frenar su progresión.
La buena noticia es que tanto el estrabismo como el glaucoma cuentan con tratamientos efectivos, siempre que se detecten oportunamente. El estrabismo puede corregirse con lentes, terapias visuales o cirugía, mientras que el glaucoma se controla con medicamentos, láser o cirugía, según cada caso. La clave es un diagnóstico precoz y un seguimiento especializado constante.
Protege tu visión con un control oportuno
Si tienes estrabismo, has notado cambios en tu visión o tienes antecedentes familiares de glaucoma, no esperes a que aparezcan síntomas avanzados. En Glaucoma Lima Center contamos con tecnología de última generación para la evaluación de la presión intraocular, el estudio del nervio óptico y la detección temprana del glaucoma. Un control a tiempo puede marcar la diferencia entre conservar tu visión o perderla de manera irreversible. Agenda tu evaluación y cuida hoy la salud de tus ojos.
