Si estás aquí, es probable que te hayas sometido a una cirugía de glaucoma y sigas experimentando esa inquietante «visión en túnel». Es una situación que puede generar mucha preocupación, y es completamente comprensible. Quiero que sepas que no estás solo en esto. A través de este texto, abordaremos por qué puede persistir este síntoma y qué opciones existen para manejarlo. Vamos a desentrañar este tema de forma clara y directa, como si estuviéramos conversando.
¿Por qué la visión en túnel podría no desaparecer después de la cirugía?
Para entender esto, primero, es crucial recordar qué es la visión en túnel y su relación con el glaucoma. El glaucoma es una enfermedad que daña progresivamente el nervio óptico, el cual es el encargado de enviar las imágenes desde el ojo al cerebro. Este daño, en la mayoría de los casos, es causado por una presión intraocular (PIO) elevada. La visión en túnel, o la pérdida del campo visual periférico, es uno de los síntomas más avanzados y característicos de esta enfermedad.
La cirugía de glaucoma, ya sea una trabeculectomía, una cirugía con implantes de drenaje (válvulas) o una microcirugía de glaucoma (MIGS), tiene un objetivo principal y muy claro: reducir la presión intraocular (PIO) para detener o, al menos, ralentizar el avance del daño en el nervio óptico. Es una medida preventiva para proteger la visión que te queda. Sin embargo, no tiene la capacidad de restaurar la visión que ya se ha perdido. Imagina que el nervio óptico es como un cable de fibra óptica. Una vez que algunas de las «fibras» se han dañado, la información que pasaba por ellas ya no llega. La cirugía evita que más fibras se dañen, pero no puede reconectar las que ya se rompieron.
Por lo tanto, si la visión en túnel ya era un síntoma antes de la operación, es muy probable que persista después. La cirugía ha hecho su trabajo al estabilizar la PIO, lo cual es un éxito tremendo, pero no puede revertir el daño ya existente. Es una distinción muy importante que a veces no se aclara lo suficiente, generando falsas expectativas.

Comprender el daño irreversible: El factor clave
El glaucoma es una neuropatía óptica irreversible. Esta es una de las realidades más duras de la enfermedad. El daño al nervio óptico es acumulativo y, una vez que ocurre, no se puede revertir. Múltiples estudios y organizaciones de salud lo confirman.
¿Y ahora qué? ¿Cómo se maneja la visión en túnel persistente?
Aunque la visión perdida no se recupera, la vida no se detiene. Existen cuatro estrategias y herramientas que pueden ayudarte a manejar la visión en túnel y a mejorar tu calidad de vida.
Existen especialistas en baja visión que pueden enseñarte a usar la visión que te queda de la manera más eficiente posible. Trabajan contigo para adaptar tu entorno, utilizar ayudas visuales como lupas, telescopios de baja potencia y sistemas de iluminación especiales que te permiten realizar tareas cotidianas.
Hay aplicaciones y dispositivos diseñados para personas con baja visión. Por ejemplo, lectores de pantalla que convierten el texto en audio, sistemas de reconocimiento de objetos o software que amplía el contenido en tu computadora.
Algo tan simple como mejorar la iluminación en casa, usar colores de contraste en las paredes y el piso, o reorganizar los muebles para evitar obstáculos, puede marcar una gran diferencia.
Vivir con una condición visual crónica puede ser un desafío. Hablar con un terapeuta, unirte a grupos de apoyo o simplemente conversar con amigos y familiares que te entienden, es fundamental. No subestimes el poder del apoyo emocional en este proceso.

El futuro y la importancia de las revisiones postoperatorias
Después de la cirugía, tus citas de seguimiento son más importantes que nunca. El oftalmólogo monitoreará tu presión intraocular para asegurarse de que se mantenga en niveles seguros. También evaluará el estado de tu nervio óptico y tu campo visual para confirmar que el glaucoma no sigue avanzando.
Recuerda que la cirugía no es una cura, sino una herramienta de control a largo plazo. Mantener una comunicación abierta con tu médico, expresar tus inquietudes y seguir todas sus indicaciones te empodera en el manejo de tu salud visual.
Si la visión en túnel persiste, no dudes en preguntarle a tu oftalmólogo sobre opciones de rehabilitación visual y otros recursos para referirte a un especialista en baja visión o a una clínica especializada. Tomar el control de tu situación es el primer paso para seguir adelante.