Cuando pensamos en el glaucoma, solemos asociarlo a personas mayores. Sin embargo, esta enfermedad ocular puede presentarse desde el nacimiento (glaucoma congénito), en la primera infancia (glaucoma infantil) o en la adolescencia (glaucoma juvenil).
A diferencia del glaucoma en adultos, el glaucoma infantil a menudo está causado por un desarrollo anormal de los canales de drenaje del ojo antes o poco después del nacimiento.
Señales de alerta que todo padre debe conocer sobre el glaucoma
El glaucoma infantil puede manifestarse de diferentes maneras, y es crucial que los padres estén atentos a cualquier cambio en los ojos o el comportamiento visual de sus hijos. Aquí te detallo las señales más comunes:
1. Ojos agrandados (buftalmos)
Una de las señales más distintivas en el glaucoma congénito es el crecimiento anormal de uno o ambos ojos. Esto ocurre debido a que la presión intraocular alta estira y agranda el globo ocular del bebé. Si notas que un ojo parece más grande que el otro o que ambos están inusualmente grandes, es motivo de consulta urgente.
2. Mayor sensibilidad a la luz (fotofobia)
Si tu hijo frunce el ceño, se irrita o llora al estar expuesto a la luz, ya sea del sol o artificial, podría ser un signo de que algo no está bien. Los niños con glaucoma suelen evitar la luz porque les causa dolor o incomodidad.

3. Lagrimeo excesivo (epífora)
El lagrimeo constante, sin una causa aparente como un resfriado o una alergia, puede ser una señal de alerta. Este síntoma, junto con la fotofobia, es un par de signos iniciales del glaucoma.
4. Córnea opaca o nublada
Normalmente, la córnea debe ser clara. Si notas que la córnea de tu hijo se ve turbia, blanquecina o azulada, podría ser un signo de daño en la córnea a causa de la presión intraocular. Es importante destacar que el glaucoma infantil es una emergencia médica y requiere atención inmediata. No esperes a ver si los síntomas mejoran. La detección y el tratamiento tempranos pueden marcar la diferencia entre conservar la vista o perderla.

Diagnóstico y tratamiento del glaucoma infantil
El diagnóstico de glaucoma en niños es un proceso delicado que requiere de un oftalmólogo pediátrico. El médico realizará un examen ocular completo, que puede incluir la medición de la presión intraocular, la evaluación del nervio óptico y la inspección de la córnea y los canales de drenaje. En muchos casos, estos exámenes se realizan bajo anestesia general para asegurar que el niño esté quieto y se puedan obtener mediciones precisas.
El tratamiento más común para el glaucoma congénito y del desarrollo es la cirugía. Los procedimientos quirúrgicos como la goniotomía o la trabeculotomía buscan abrir o crear una nueva vía de drenaje para el humor acuoso. En algunos casos, se pueden usar medicamentos, como gotas para los ojos, para reducir la presión, pero estos suelen ser un complemento o una opción si la cirugía no es factible.
¿Qué hacer si sospechas que tu hijo tiene glaucoma?
Si reconoces alguna de las señales de alerta mencionadas, no entres en pánico, pero actúa con prontitud. El primer y más importante paso es consultar de inmediato con un oftalmólogo pediátrico. Un especialista podrá realizar las pruebas necesarias para confirmar o descartar el diagnóstico.
No te confíes y pienses que los síntomas desaparecerán por sí solos. La visión es fundamental para el desarrollo de tu hijo, y la detección temprana es la mejor arma contra esta enfermedad.
Recuerda, tu instinto como padre es tu mejor guía. Si sientes que algo no está bien con los ojos de tu hijo, busca ayuda profesional.