Cuando miras el ojo de tu hijo y ves una mancha de sangre roja y brillante, es natural que te asustes. El corazón se acelera, la mente empieza a imaginar lo peor y la primera reacción es buscar respuestas desesperadamente. Quiero tranquilizarte desde ya: esa mancha roja, conocida médicamente como hemorragia subconjuntival o, más comúnmente, derrame en el ojo (o hiposfagma), casi nunca es una emergencia médica grave, especialmente en niños.
Cuando uno de estos pequeños vasos se rompe, la sangre queda atrapada entre la conjuntiva y la esclera, creando ese aspecto alarmante. Es como un moretón en la piel, pero en un lugar donde es mucho más visible y dramático. En este artículo no solo quiero calmarte, sino darte el conocimiento preciso que necesitas para actuar con confianza y entender qué está sucediendo en el ojo de tu hijo.

¿Por qué aparece la sangre? Las causas más comunes en niños
La principal característica de una hemorragia subconjuntival es que no causa dolor, no afecta la visión y, a menudo, el niño ni siquiera se da cuenta de que ha ocurrido hasta que alguien más lo menciona. La causa más frecuente en la población infantil es un pico súbito y temporal de presión que hace estallar el vaso sanguíneo. Piénsalo bien: ¿qué hace tu hijo que implique un esfuerzo repentino?
- Toser o estornudar con fuerza
- Vómitos intensos
- Frotarse los ojos vigorosamente
- Realizar esfuerzos físicos
- Traumatismo menor
¿Cuándo esperar y cuándo debes consultar ante un derrame en el ojo?
La buena noticia es que, dado que esta sangre está atrapada debajo de la conjuntiva, el cuerpo la reabsorbe por sí solo con el tiempo. No hay ningún tratamiento que acelere este proceso. El derrame cambiará de un rojo brillante a tonos anaranjados, amarillos o verdosos, como cualquier moretón, antes de desaparecer por completo. El tiempo de curación habitual es de 10 a 14 días.
¿Qué NO debes hacer?
- No uses gotas ‘milagrosas’: Las gotas oculares, salvo las lágrimas artificiales para la sequedad si la hay, no harán que el derrame desaparezca más rápido.
- No intentes quitar la sangre: Es imposible y puedes causar una infección o irritación.
- No te alarmes si cambia de color: Es parte del proceso natural de curación.
¿Cuándo es IMPRESCINDIBLE ir a un especialista?
Aunque la mayoría son inofensivos, debes buscar una evaluación si observas cualquiera de los siguientes síntomas de alarma que podrían indicar una condición más seria, conocida como traumatismo ocular o hipema (sangre en la cámara anterior del ojo):
- Dolor ocular significativo (el derrame simple no duele).
- Disminución o cambio en la visión (visión borrosa o doble).
- Hinchazón o hematoma alrededor del ojo.
- Secreción ocular (moco o pus, lo que indicaría una infección).
- Si el derrame ocurrió tras un golpe fuerte en el ojo o en la cabeza.

La clave está en el diagnóstico diferencial (Lo que no es)
Es bueno saber diferenciar el derrame inofensivo de condiciones que sí requieren atención. Es fundamental que sepas que el derrame subconjuntival es diferente a otras afecciones más graves que también implican enrojecimiento:
Si tu instinto de padre o madre te dice que algo no está bien, confía en él y busca una valoración oftalmológica. Si se trata solo de un derrame simple, te irás a casa con la tranquilidad de que no hay nada grave. Si es otra cosa, la detección temprana siempre es clave para el pronóstico de la salud visual de tu hijo.
| Condición | Apariencia del enrojecimiento | ¿Afecta la visión o causa dolor? | ¿Es una emergencia? |
| Derrame subconjuntival (Hiposfagma) | Mancha roja bien delimitada y muy brillante. Solo cubre una sección | NO | NO (A menos que haya trauma) |
| Conjuntivitis | Enrojecimiento difuso (todo el ojo rosado), a menudo con secreción y picazón | NO | NO (no requiere tratamiento) |
| Glaucoma Agudo | Enrojecimiento, pupila dilatada o fija, DOLOR intenso, náuseas y visión borrosa | SÍ | SÍ (emergencia) |
| Uveítis | Enrojecimiento alrededor del iris, dolor y sensibilidad a la luz (fotofobia) | SÍ | SÍ (urgencia) |
Si tu instinto de padre o madre te dice que algo no está bien, confía en él y busca una valoración oftalmológica. Si se trata solo de un derrame simple, te irás a casa con la tranquilidad de que no hay nada grave. Si es otra cosa, la detección temprana siempre es clave para el pronóstico de la salud visual de tu hijo.
