Las cataratas son una de las principales causas de pérdida visual en adultos mayores, pero cada vez más estudios confirman que no son exclusivas de la edad. Hábitos como el consumo excesivo de alcohol o el tabaquismo pueden acelerar su aparición incluso antes de los 60 años. Aunque ambos factores suelen relacionarse con enfermedades cardiovasculares o respiratorias, pocas personas saben que también afectan directamente a los ojos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés oxidativo es uno de los principales procesos que contribuye a la opacidad del cristalino, característica de las cataratas. Este desequilibrio ocurre cuando el ojo se expone a sustancias que generan radicales libres —como las presentes en el alcohol y el tabaco—, capaces de dañar las proteínas que mantienen la transparencia ocular.
¿Cómo afecta el alcohol al desarrollo de las cataratas?
En el caso del alcohol, investigaciones revisadas por la National Library of Medicine (NIH) señalan que su consumo excesivo puede aumentar la producción de radicales libres y alterar el equilibrio antioxidante del organismo. Esto reduce la protección natural del ojo frente al daño oxidativo. Entre esos antioxidantes destaca el glutatión, una molécula presente en el cristalino que ayuda a mantener su transparencia y a neutralizar los radicales libres. Cuando sus niveles disminuyen, el tejido ocular se vuelve más vulnerable y aumenta el riesgo de desarrollar cataratas.
Tabaco y cataratas: una relación que acelera el daño visual
Fumar es uno de los hábitos más dañinos para la salud visual. Según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), las personas que fuman tienen entre dos y tres veces más probabilidades de desarrollar cataratas que quienes no lo hacen. Esto ocurre porque las sustancias químicas del tabaco generan radicales libres que dañan las proteínas del cristalino, reducen la cantidad de antioxidantes naturales del ojo —como la glutatión y la vitamina C— y aceleran la pérdida de transparencia.
Además, el humo del cigarrillo afecta la circulación ocular y reduce los niveles de antioxidantes naturales. Con el tiempo, esto genera un daño acumulativo que no se revierte al dejar de fumar, aunque suspender el hábito sí reduce significativamente el riesgo de progresión.
Prevención: cómo reducir el riesgo de cataratas por hábitos nocivos
Adoptar un estilo de vida saludable es clave para retrasar o prevenir las cataratas. Reducir el consumo de alcohol, dejar de fumar, usar gafas con protección UV y mantener una dieta rica en frutas y verduras son medidas simples pero efectivas.
También se recomienda realizar controles oftalmológicos anuales, especialmente a partir de los 40 años o si existen antecedentes familiares. Recuerda: la detección temprana puede marcar la diferencia. En Glaucoma Lima Center, nuestros especialistas pueden orientarte sobre cómo cuidar tu visión y detectar a tiempo cualquier signo de cataratas.
