Operarse de cataratas es hoy uno de los procedimientos más seguros y frecuentes en oftalmología. Cada año, millones de personas recuperan su visión nítida gracias a una intervención que dura apenas unos minutos y que, según el National Eye Institute (NEI), tiene una tasa de éxito superior al 95 %. Sin embargo, como toda cirugía, no está completamente exenta de riesgos. La diferencia entre una recuperación sin complicaciones y un resultado menos favorable suele estar en un factor clave: la experiencia del cirujano.
Durante la operación, el especialista retira el cristalino opaco —la catarata— y lo reemplaza por una lente intraocular transparente. Aunque el procedimiento es breve y con anestesia local, requiere precisión milimétrica. Por ello, los oftalmólogos recomiendan informarse sobre la trayectoria del profesional que realizará la cirugía y acudir a centros con tecnología moderna y protocolos de seguridad bien establecidos.
Complicaciones poco frecuentes, pero posibles
De acuerdo con la American Academy of Ophthalmology (AAO), las complicaciones graves de la cirugía de cataratas son poco comunes. Entre ellas figuran infecciones, inflamación persistente, edema macular o desprendimiento de retina, con una incidencia global menor al 2 %. La gran mayoría de los pacientes experimenta solo molestias leves, como visión borrosa temporal o sensación de arenilla durante los primeros días.
Además, estudios revisados por el National Library of Medicine señalan que las tasas de éxito aumentan significativamente cuando la intervención es realizada por cirujanos con amplia experiencia. Estos especialistas no solo dominan las técnicas quirúrgicas, sino que también saben anticipar y manejar variaciones anatómicas o imprevistos que podrían surgir durante la operación. En otras palabras, un buen resultado no depende solo del equipo quirúrgico, sino también de la pericia humana que lo guía.
La importancia del seguimiento postoperatorio
El control después de la cirugía es tan importante como el acto quirúrgico mismo. En las primeras 24 horas, el oftalmólogo evalúa que la lente intraocular esté bien posicionada y que no existan signos de inflamación anormal. Luego, se realizan revisiones periódicas para asegurar una correcta cicatrización y detectar de forma temprana cualquier alteración en la presión intraocular.
Seguir las indicaciones médicas, usar las gotas prescritas y evitar frotarse los ojos son medidas esenciales para que el proceso de recuperación sea rápido y sin complicaciones. La comunicación constante con el especialista es fundamental: ante cualquier cambio en la visión o molestia inusual, se debe acudir inmediatamente al centro oftalmológico.
Confía tu visión a expertos
En Glaucoma Lima Center, contamos con oftalmólogos especializados en cirugía de cataratas y tecnología de vanguardia para garantizar la máxima seguridad en cada intervención. Si estás considerando operarte o deseas una segunda opinión, agenda tu evaluación preoperatoria y recibe una atención personalizada centrada en tu bienestar visual. Tu visión merece estar en manos expertas.

 
                         
         
         
        