Vivir con diabetes implica estar atento no solo al azúcar en sangre, sino también a la salud visual. Uno de los mayores riesgos es la retinopatía diabética, una enfermedad que puede pasar desapercibida hasta que el daño es irreversible. Afortunadamente, hoy existen pruebas como la tomografía de coherencia óptica (OCT), una herramienta que permite detectar cambios en la retina antes de que afecten la visión.
Según el National Eye Institute (NEI), la retinopatía diabética es una de las principales causas de pérdida visual en adultos en edad laboral. Lo más preocupante es que, en sus primeras etapas, puede no presentar síntomas. Por eso, las evaluaciones preventivas son tan importantes, especialmente para quienes conviven con la diabetes desde hace varios años.
Una imagen en alta resolución del fondo de ojo
La OCT es una prueba rápida, indolora y no invasiva que utiliza luz para obtener imágenes detalladas de las distintas capas de la retina. A diferencia del examen tradicional con fondo de ojo, esta tecnología muestra microscópicos cambios estructurales, permitiendo al especialista detectar edema macular, microaneurismas o engrosamiento retiniano incluso antes de que el paciente perciba visión borrosa.
La American Academy of Ophthalmology (AAO) destaca que la OCT ha revolucionado el diagnóstico del daño ocular en personas con diabetes. Gracias a su precisión, los oftalmólogos pueden identificar signos tempranos de retinopatía y determinar si es necesario iniciar un tratamiento con láser, inyecciones intravítreas o control más frecuente.
En palabras simples, esta prueba actúa como un “escáner del ojo” que revela si la diabetes está afectando la retina mucho antes de que aparezcan los síntomas. De hecho, la American Diabetes Association (ADA) recomienda incluir un examen ocular anual con OCT para personas con diabetes tipo 1 o tipo 2, especialmente si ya presentan más de cinco años con la enfermedad o niveles de glucosa descontrolados.
Detección temprana: la clave para evitar complicaciones
El principal objetivo de realizar la OCT es prevenir la progresión hacia etapas avanzadas de la retinopatía diabética, que pueden derivar en edema macular diabético o incluso en desprendimiento de retina traccional. Ambos cuadros representan una amenaza directa para la visión y pueden requerir cirugía si no se detectan a tiempo.
Los especialistas coinciden en que, además de un buen control metabólico, el seguimiento oftalmológico periódico es fundamental. La retinopatía diabética temprana, cuando se diagnostica con ayuda de la OCT, suele ser tratable y reversible. Pero si se ignora, el daño puede avanzar silenciosamente hasta afectar de forma permanente las células de la retina.
En clínicas especializadas, la OCT también se utiliza para evaluar la eficacia del tratamiento. Por ejemplo, después de una inyección intraocular, se puede comparar la reducción del edema macular en imágenes sucesivas. Esta capacidad de monitoreo en tiempo real ha convertido a la OCT en una herramienta esencial en el manejo del paciente diabético.
Un examen rápido que puede salvar tu vista
La prueba dura apenas unos minutos y no requiere dilatar la pupila en todos los casos. El paciente solo debe apoyar el mentón y mirar un punto fijo mientras el equipo toma las imágenes. No hay contacto con el ojo, no genera dolor ni requiere recuperación posterior.
En resumen, la tomografía de coherencia óptica es mucho más que un examen visual: es una herramienta preventiva que puede marcar la diferencia entre conservar la visión o perderla progresivamente. En personas con diabetes, realizarla una vez al año permite detectar alteraciones de forma temprana y comenzar el tratamiento adecuado sin demoras.
Si tienes diabetes y hace tiempo no revisas tu vista, este puede ser el momento perfecto para hacerlo.
En Glaucoma Lima Center, contamos con tecnología de última generación para la detección temprana de enfermedades oculares, incluyendo la retinopatía diabética. Agenda tu evaluación y protege tu visión antes de que los síntomas aparezcan.
