La catarata es una de las principales causas de pérdida de visión en el Perú y en el mundo. Consiste en la opacidad progresiva del cristalino, el lente natural del ojo, que afecta la claridad de la visión. Aunque muchas personas asocian esta condición únicamente con la vejez, también existen cataratas tempranas en adultos, que pueden aparecer incluso antes de los 60 años. Conocer las diferencias entre ambas es clave para detectar la enfermedad a tiempo y prevenir complicaciones visuales.
Según datos del Ministerio de Salud (MINSA), las cataratas son responsables de más del 50 % de los casos de ceguera en adultos mayores peruanos. La detección temprana y la cirugía son fundamentales para recuperar la visión y mejorar la calidad de vida. Por eso, un examen oftalmológico completo es esencial, especialmente si existen factores de riesgo como diabetes, antecedentes familiares o exposición prolongada al sol.
Cataratas seniles: el envejecimiento natural del cristalino
Las cataratas seniles son las más frecuentes y suelen aparecer a partir de los 60 años. Están relacionadas con el envejecimiento natural del cristalino, que pierde transparencia gradualmente. Su evolución es lenta y sus síntomas incluyen visión borrosa, deslumbramiento con luz intensa, dificultad para distinguir colores y cambios frecuentes en la graduación de los lentes.
Los factores de riesgo principales son la edad avanzada, la exposición solar acumulada, el tabaquismo y algunas enfermedades crónicas. En Perú, según el INEI, la prevalencia de cataratas aumenta significativamente en personas mayores de 60 años, siendo este grupo el más afectado por la pérdida de visión relacionada con la edad.
Cataratas tempranas: cuando la opacidad aparece antes de lo esperado
Las cataratas tempranas afectan a adultos entre 40 y 59 años y no siempre se deben al envejecimiento. Entre los factores asociados se incluyen diabetes, traumatismos oculares, uso prolongado de ciertos medicamentos como corticoides, y predisposición genética. Además, la exposición excesiva a radiación ultravioleta puede acelerar el deterioro del cristalino.
Estas cataratas pueden progresar de manera rápida o permanecer estables durante años. Los síntomas son similares a los de las cataratas seniles: visión borrosa, reflejos de luz, dificultad para conducir de noche y cambios en la percepción de colores. Por eso es importante realizar exámenes oftalmológicos periódicos, incluso si se considera que no hay riesgo de “catarata por edad”.
Cómo diferenciarlas y cuándo operarse
La diferenciación entre cataratas seniles y tempranas se basa principalmente en:
- Edad de aparición: seniles >60 años; tempranas 40–59 años.
- Factores de riesgo: seniles asociadas a envejecimiento; tempranas a enfermedades, trauma o genética.
- Velocidad de progresión: seniles suelen avanzar lentamente; tempranas pueden variar.
El diagnóstico requiere examen oftalmológico completo, incluyendo medición de agudeza visual y evaluación del cristalino mediante lámpara de hendidura. La cirugía de catarata sigue siendo la única opción para restaurar visión en casos avanzados o que interfieren con la vida diaria. En Perú, diversas campañas del MINSA y gobiernos regionales, como Junín, promueven la detección temprana y cirugía gratuita para adultos mayores.
Prevención y cuidados
Aunque algunas cataratas no pueden prevenirse completamente, existen medidas que ayudan a retrasar su aparición o progresión:
- Protección solar con lentes UV.
- Control de enfermedades sistémicas como diabetes e hipertensión.
- Evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
- Revisiones oftalmológicas periódicas a partir de los 40 años, especialmente si hay antecedentes familiares.
En suma
Conocer la diferencia entre cataratas seniles y tempranas permite detectar a tiempo la enfermedad y preservar la visión. Los adultos peruanos deben prestar atención a los cambios visuales y realizar evaluaciones regulares con oftalmólogos especializados.
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