La catarata es una enfermedad ocular progresiva que se desarrolla, en la mayoría de los casos, de forma lenta. Por eso, muchas personas conviven con ella durante años sin considerar la cirugía como una opción inmediata. Sin embargo, esperar demasiado también puede tener consecuencias, sobre todo cuando la visión comienza a afectar actividades cotidianas y la calidad de vida.
Según la American Academy of Ophthalmology (AAO), la cirugía de cataratas no se indica por la edad ni solo por la presencia de opacidad en el cristalino, sino cuando esta interfiere con la visión funcional del paciente. Reconocer a tiempo las señales de alerta permite tomar una decisión informada y segura.
¿Existe un momento ideal para operar las cataratas?
No existe una “fecha exacta” ni una etapa única para todos los pacientes. El momento adecuado para programar la cirugía depende de cómo la catarata está afectando la vida diaria, más que de su tamaño o del tiempo de evolución.
El National Eye Institute (NEI) señala que muchas cataratas pueden observarse sin cirugía durante un tiempo, siempre que la visión siga siendo suficiente para realizar actividades como leer, conducir o trabajar. El problema surge cuando, a pesar del uso de lentes, la visión ya no es adecuada o comienza a comprometer la seguridad y autonomía del paciente.
Además, en algunos casos, la catarata puede dificultar el seguimiento de otras enfermedades oculares, como el glaucoma o las patologías de retina, lo que hace recomendable no postergar la cirugía innecesariamente.
Señales claras de que ya no debes esperar
Existen síntomas y situaciones concretas que los oftalmólogos consideran indicios de que es momento de programar la cirugía de cataratas:
- La visión ya no mejora con lentes: cuando los cambios de medida dejan de ser efectivos, suele indicar que la opacidad del cristalino ha avanzado.
- Dificultad para conducir, especialmente de noche: el deslumbramiento por luces, los halos o la pérdida de contraste son señales frecuentes.
- Problemas para leer o realizar tareas de cerca, incluso con buena iluminación.
- Mayor sensibilidad a la luz o necesidad constante de usar lentes oscuros.
- Colores apagados o amarillentos, que afectan la percepción visual.
- Mayor riesgo de caídas, especialmente en adultos mayores, debido a la disminución de la profundidad y nitidez visual.
- Pérdida de independencia, cuando la visión interfiere con actividades básicas del día a día.
- Dificultad para evaluar otras estructuras del ojo, lo que puede retrasar el diagnóstico o control de enfermedades como el glaucoma.
La AAO enfatiza que la cirugía de cataratas es uno de los procedimientos más seguros y efectivos en oftalmología cuando se realiza en el momento adecuado y tras una evaluación integral.
La importancia de una evaluación personalizada
Cada paciente es diferente. No todas las cataratas avanzan al mismo ritmo ni afectan de la misma manera. Por ello, antes de decidir cuándo operarse, es fundamental realizar un examen oftalmológico completo, que evalúe no solo la catarata, sino también la córnea, la presión ocular, la retina y el nervio óptico.
Una decisión bien informada permite mejorar la visión, recuperar la autonomía y prevenir complicaciones, especialmente en personas con otras enfermedades oculares asociadas.
En Glaucoma Lima Center, evaluamos cada caso de manera integral para determinar el mejor momento para la cirugía de cataratas, considerando tu salud ocular y tu calidad de vida. Agenda una consulta especializada y recibe una orientación médica clara y personalizada para cuidar tu visión con confianza.
