presion ocular

La salud visual no siempre da señales de alerta tempranas. Muchas enfermedades oculares, como el glaucoma, pueden avanzar sin causar dolor ni cambios visibles en la visión hasta etapas avanzadas. Por eso, las revisiones oftalmológicas periódicas son esenciales, especialmente cuando se trata de controlar la presión intraocular (PIO). Este sencillo examen puede marcar la diferencia entre una visión saludable y una pérdida irreversible.

Medir la presión ocular no solo es una rutina preventiva: es una forma de conocer cómo están funcionando los mecanismos internos del ojo. Cuando la PIO se eleva por encima de los valores normales —generalmente entre 10 y 21 mmHg—, el nervio óptico puede verse afectado con el tiempo. Detectarlo a tiempo permite iniciar tratamientos que protejan la vista a largo plazo, incluso antes de que aparezcan síntomas.

La importancia de controlar la presión ocular

El aumento de la presión intraocular suele estar asociado con el glaucoma, una enfermedad silenciosa que afecta a más de 76 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, no todos los casos de presión elevada derivan en glaucoma, ni todos los glaucomas presentan necesariamente una PIO alta. De ahí la importancia de las revisiones personalizadas y del criterio médico.

El control de la presión ocular se realiza mediante tonometrías, que pueden ser de aire o de aplanación. Ambas ofrecen mediciones precisas y rápidas, sin dolor. Además, en una revisión completa, el oftalmólogo puede complementar la evaluación con pruebas de campo visual o tomografías (OCT) para descartar daño en el nervio óptico.

Según la American Academy of Ophthalmology (AAO), los adultos mayores de 40 años deberían realizarse un examen ocular completo al menos una vez cada dos años. Las personas con antecedentes familiares de glaucoma, diabetes o miopía alta deben hacerlo con mayor frecuencia, siguiendo las indicaciones del especialista. En quienes ya tienen diagnóstico de glaucoma, el control puede ser cada tres o seis meses, dependiendo de la estabilidad de la presión ocular y la respuesta al tratamiento.

Frecuencia ideal y hábitos que ayudan a cuidar tu visión

No existe una regla única para todos los pacientes, pero sí pautas generales. En adultos jóvenes sin antecedentes, una revisión oftalmológica completa cada dos años suele ser suficiente. A partir de los 40 años —edad en la que el riesgo de glaucoma aumenta—, se recomienda realizarla una vez al año. En mayores de 60 o personas con enfermedades crónicas, el control debe ser más frecuente.

Además de las revisiones médicas, ciertos hábitos ayudan a mantener la presión ocular estable. Dormir adecuadamente, evitar el consumo excesivo de cafeína, no fumar y realizar actividad física moderada contribuyen a una buena salud ocular. También es importante informar al médico sobre el uso de corticoides, ya que algunos tratamientos prolongados pueden elevar la presión intraocular.

Medir la presión ocular es rápido, indoloro y puede prevenir daños irreversibles. La clave está en la constancia: no esperar a sentir molestias ni cambios en la visión, sino acudir al especialista con regularidad. En el caso de pacientes con glaucoma, seguir las indicaciones médicas —como el uso diario de colirios o la asistencia a controles programados— es esencial para evitar complicaciones.

En Glaucoma Lima Center, contamos con tecnología avanzada para la medición precisa de la presión intraocular y el diagnóstico temprano de enfermedades oculares. Nuestros especialistas te orientarán sobre la frecuencia ideal de tus controles según tu edad, historial familiar y factores de riesgo. Cuida tu visión antes de que los síntomas aparezcan. Programa tu revisión oftalmológica y protege tu salud visual a tiempo.

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