Catarata incipiente Qué es cómo se ve cuándo debe operarse

Hablar de cataratas suele asociarse a la pérdida importante de visión o a la necesidad inmediata de una cirugía. Sin embargo, esta enfermedad ocular pasa por una etapa inicial que muchas personas suelen ignorar: la catarata incipiente. En esta fase temprana, los síntomas pueden ser leves, intermitentes o incluso confundirse con el “cansancio visual”, lo que retrasa el diagnóstico oportuno.

Detectar una catarata en su etapa inicial permite un mejor control de su evolución y una planificación adecuada del tratamiento. Aunque no todas las cataratas incipientes requieren cirugía inmediata, sí necesitan seguimiento médico, ya que se trata de una condición progresiva que, tarde o temprano, puede afectar de forma significativa la visión y la calidad de vida.

Qué es una catarata incipiente y por qué aparece

La catarata es la opacificación progresiva del cristalino, la lente natural del ojo que permite enfocar con nitidez. Cuando esta opacificación recién comienza, se habla de catarata incipiente o catarata en etapa inicial. En esta fase, el cristalino empieza a perder su transparencia, pero aún conserva gran parte de su función visual.

Según la American Academy of Ophthalmology (AAO), la causa más frecuente de las cataratas es el envejecimiento natural del ojo. Con el paso de los años, las proteínas del cristalino se degradan y se agrupan, formando zonas opacas. No obstante, existen otros factores que pueden favorecer su aparición temprana, como:

  • Exposición prolongada a la radiación ultravioleta.
  • Diabetes.
  • Tabaquismo.
  • Uso prolongado de corticoides.
  • Traumatismos oculares.
  • Antecedentes familiares.

A diferencia de la catarata avanzada, la catarata incipiente no suele producir una pérdida visual severa, lo que hace que muchas personas posterguen la consulta oftalmológica. Sin embargo, el National Eye Institute (NEI) advierte que todas las cataratas son progresivas y, sin evaluación médica, pueden avanzar de forma silenciosa.

Cómo se ve una catarata incipiente y cuándo debe operarse

Una de las principales dificultades para detectar la catarata en su etapa inicial es que los síntomas suelen ser sutiles y graduales. Entre las manifestaciones más frecuentes se encuentran:

  • Visión ligeramente borrosa o empañada.
  • Mayor sensibilidad al deslumbramiento, sobre todo con luces intensas o de noche.
  • Percepción de los colores menos vibrantes.
  • Necesidad frecuente de cambiar la graduación de los lentes.
  • Doble visión en un solo ojo, en algunos casos.

A diferencia de lo que ocurría años atrás, ya no es necesario “esperar a que la catarata madure” para operarla. De acuerdo con la Mayo Clinic, la indicación quirúrgica no depende del “grado de madurez”, sino de cuánto afecta la catarata la vida cotidiana del paciente: leer, conducir, trabajar o desempeñar actividades habituales.

En una catarata incipiente, el oftalmólogo puede recomendar inicialmente:

  • Seguimiento periódico.
  • Actualización de lentes ópticos.
  • Control de enfermedades asociadas, como la diabetes.
  • Protección ocular frente a la radiación solar.

La cirugía de catarata se indica cuando la opacidad del cristalino comienza a interferir de manera significativa en la visión y en la calidad de vida. Hoy en día, se trata de uno de los procedimientos más seguros y efectivos de la oftalmología moderna, con una alta tasa de recuperación visual.

Es importante aclarar que no existen medicamentos, gotas ni ejercicios que eliminen una catarata. La cirugía es el único tratamiento definitivo una vez que la opacidad progresa.

La importancia del diagnóstico temprano y el control especializado

Uno de los errores más frecuentes es subestimar los síntomas iniciales de la catarata o atribuirlos únicamente a la edad. Sin embargo, solo un examen oftalmológico completo permite confirmar si los cambios visuales corresponden a una catarata incipiente u otra condición ocular.

Además, en pacientes mayores de 40 años, el control especializado también es clave para descartar otras enfermedades silenciosas como el glaucoma, que puede coexistir con la catarata y comprometer de forma irreversible el nervio óptico si no se diagnostica a tiempo.

En Glaucoma Lima Center, realizamos evaluaciones integrales para la detección temprana de cataratas, así como el seguimiento preciso de su evolución y la indicación oportuna de cirugía cuando corresponde. Contar con un diagnóstico adecuado desde la etapa inicial permite tomar decisiones médicas con mayor seguridad y mejores resultados visuales.

Si presentas visión borrosa, deslumbramientos o cambios frecuentes en tu graduación, agenda una evaluación en Glaucoma Lima Center y protege tu visión a tiempo.

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