El glaucoma es una enfermedad ocular que daña el nervio óptico y puede llevar a la pérdida irreversible de la visión. A menudo, el tratamiento inicial consiste en el uso de gotas para los ojos que ayudan a reducir la presión intraocular (PIO). Si bien estas gotas son fundamentales para controlar la enfermedad y preservar tu vista, es natural preguntarse sobre sus posibles efectos secundarios. En este artículo te lo explico de forma más claras y sencilla.
Las gotas para el glaucoma actúan de diferentes maneras para reducir la presión dentro del ojo. Algunas disminuyen la producción de humor acuoso (el líquido que llena la parte frontal del ojo), mientras que otras mejoran su drenaje. Cada tipo de gota contiene ingredientes activos que, aunque son beneficiosos para la presión ocular, pueden interactuar con otras partes del ojo o del cuerpo, dando lugar a efectos secundarios. Es crucial recordar que no todas las personas experimentan todos los efectos secundarios, y la intensidad varía de un individuo a otro.

Cuáles son los efectos secundarios más comunes y cómo manejarlos
Los efectos secundarios de las gotas para el glaucoma pueden clasificarse en locales (que afectan el ojo) y sistémicos (que afectan otras partes del cuerpo). Estos son los más frecuentes y generalmente los menos graves:
Efectos locales
- Enrojecimiento ocular (hiperemia conjuntival): es muy común, especialmente con ciertos tipos de gotas como los análogos de prostaglandinas (por ejemplo, latanoprost, bimatoprost). El ojo puede lucir irritado o inyectado en sangre.
- Picazón, ardor o escozor: puedes sentir una ligera molestia al aplicar las gotas, que suele desaparecer rápidamente.
- Visión borrosa temporal: después de aplicar las gotas, la visión puede volverse borrosa por unos minutos. Es importante esperar a que la visión se normalice antes de conducir o realizar tareas que requieran agudeza visual.
- Cambios en el color del iris: con el uso prolongado de análogos de prostaglandinas, el iris (la parte coloreada del ojo) puede oscurecerse, especialmente si tienes ojos claros (azules, verdes o avellana). Este cambio suele ser permanente y más notorio en un solo ojo si solo se trata uno.
- Crecimiento y oscurecimiento de las pestañas: las pestañas pueden volverse más largas, gruesas y oscuras. Algunas personas consideran esto un «efecto secundario estético» deseable.
- Sequedad ocular: algunas gotas pueden reducir la producción de lágrimas, causando sensación de sequedad. En este caso, tu oftalmólogo podría recomendar el uso de lágrimas artificiales.
- Hinchazón o pigmentación de los párpados: la piel alrededor de los ojos puede oscurecerse o hincharse ligeramente.
- Sensibilidad a la luz (fotofobia): Puede que tus ojos se sientan más sensibles a la luz brillante.
En caso experimentes estos efectos, no dejes de usar tus gotas sin consultar a tu oftalmólogo. En muchos casos, son leves y manejables. Tu médico puede ajustar la dosis, cambiar el tipo de gota o recetar tratamientos adicionales para aliviar las molestias.

Efectos sistémicos
- Problemas respiratorios: los betabloqueantes (como el timolol) pueden empeorar el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) u otras afecciones respiratorias. Si tienes antecedentes de problemas pulmonares, es crucial que se lo digas a tu médico.
- Disminución de la frecuencia cardíaca (bradicardia) o presión arterial baja: también asociados a los betabloqueantes. Si tienes problemas cardíacos o presión arterial baja, infórmale a tu oftalmólogo.
- Fatiga, mareos o depresión: algunos pacientes pueden experimentar estos síntomas.
- Dolor de cabeza: puede ser un efecto secundario ocasional.
- Síntomas parecidos a la gripe: algunos medicamentos pueden causar fiebre baja, dolor muscular o sensación de malestar.
Si experimentas alguno de estos efectos sistémicos, es fundamental que contactes a tu oftalmólogo de inmediato. Puede ser necesario ajustar tu medicación o explorar otras opciones de tratamiento.
Es importante la adherencia al tratamiento y la comunicación con tu oftalmólogo
Es normal sentir preocupación por los efectos secundarios, pero el mayor riesgo para tu visión es no tratar el glaucoma. La adherencia al tratamiento es vital para controlar la presión intraocular y prevenir el daño al nervio óptico.
Si experimentas efectos secundarios molestos, habla con tu oftalmólogo. Él o ella es la persona más indicada para evaluar tu situación y realizar los ajustes necesarios. Hay muchas opciones de gotas para el glaucoma, y lo más probable es que se pueda encontrar una que te funcione bien con mínimos efectos secundarios.
También debes asegurar de que tu oftalmólogo conozca todas tus condiciones médicas, incluyendo asma, problemas cardíacos, diabetes o cualquier otra enfermedad, así como todos los medicamentos que tomas. Finalmente, si tienes dudas sobre cómo aplicar tus gotas o qué esperar, pregunta a tu médico o al personal de la clínica.
El tratamiento del glaucoma es un compromiso a largo plazo. Al trabajar de la mano con tu oftalmólogo y ser proactivo en la comunicación sobre cualquier efecto secundario, estarás dando los pasos más importantes para proteger tu visión y mantener una buena calidad de vida.
En Glaucoma Lima Center, nuestros especialistas te ayudarán a mantener una visión saludable. Puedes agendar tu chequeo oftalmológico llamando al (01) 710 – 0690 / 924 878 833 / 905 440 065 o yendo de forma presencial a Av. San Luis 2270 – 101, San Borja.