El riesgo de glaucoma aumenta con los años, pero en las mujeres mayores de 60 adquiere características particulares. No solo porque la expectativa de vida femenina es mayor en Perú —por lo que ellas viven más años en riesgo—, sino porque los cambios hormonales, la mayor frecuencia de cataratas y el acceso desigual a controles oftalmológicos pueden modificar la manera en que aparece y progresa la enfermedad. Para miles de mujeres peruanas, detectar el glaucoma a tiempo puede marcar la diferencia entre conservar su independencia visual o enfrentarse a una pérdida irreversible.
Diversas entidades como la American Academy of Ophthalmology (AAO) y la Glaucoma Research Foundation señalan que el glaucoma de ángulo abierto —el más común— se vuelve más frecuente a partir de los 60 años, mientras que el glaucoma de ángulo cerrado afecta con mayor frecuencia a mujeres, especialmente en poblaciones asiáticas y latinoamericanas. Esto vuelve imprescindible que las mujeres peruanas de mayor edad reciban un control regular que incluya medición de presión ocular, evaluación del nervio óptico y pruebas de campo visual.
Por qué las mujeres mayores de 60 tienen mayor riesgo
La ciencia no atribuye el aumento del glaucoma en mujeres a una sola causa; más bien, señala una combinación de factores.
Primero, la longitud axial más corta del ojo, más común en mujeres, se asocia a ángulos más estrechos y, por tanto, a mayor riesgo de glaucoma de ángulo cerrado. La AAO y Mayo Clinic destacan que este tipo de glaucoma puede desencadenar ataques agudos, dolorosos y potencialmente cegadores si no se atiende de inmediato.
En segundo lugar, la menopausia y la disminución de estrógenos parecen influir en la perfusión del nervio óptico. Si bien la evidencia aún se sigue investigando, estudios citados por la Glaucoma Research Foundation sugieren que los cambios hormonales pueden afectar la regulación del flujo sanguíneo ocular, un factor relevante en la progresión del glaucoma.
A esto se suma un punto clave en Perú: muchas mujeres mayores postergan los controles oftalmológicos por priorizar el cuidado familiar, dificultades económicas o falta de información. Este retraso puede hacer que el diagnóstico llegue tarde, cuando ya existe daño en el nervio óptico. Dado que el glaucoma no presenta síntomas al inicio, la ausencia de dolor o molestias puede dar una falsa sensación de tranquilidad.
Los exámenes esenciales que no deben postergarse
Para esta etapa de la vida, las instituciones especialistas recomiendan un conjunto de pruebas que permiten detectar y vigilar el glaucoma con precisión:
1. Medición de presión intraocular (PIO)
Es un dato importante, pero no suficiente. La AAO recuerda que algunas personas —especialmente mujeres mayores— pueden tener un glaucoma llamado “de tensión normal”, donde el daño aparece incluso con presiones “normales”. Por eso la evaluación debe ser completa.
2. Evaluación del nervio óptico con lámpara de hendidura u OCT
El OCT es especialmente útil porque mide el grosor de la capa de fibras nerviosas, que empieza a disminuir antes de que aparezcan síntomas. Es rápido, indoloro y muy preciso.
3. Gonioscopía
Permite evaluar si el ángulo de drenaje es abierto o estrecho, algo fundamental en mujeres, ya que el glaucoma de ángulo cerrado es más frecuente en ellas.
4. Campo visual computarizado
Detecta pérdidas tempranas de visión periférica, incluso cuando el paciente aún no las percibe.
Cómo reducir el riesgo y detectar signos de alerta
Si bien no existe forma de prevenir totalmente el glaucoma, sí se puede reducir la probabilidad de daño permanente. Las entidades internacionales señalan tres recomendaciones claras:
- Un examen oftalmológico completo cada 1–2 años después de los 60.
- Uso adecuado de medicamentos si ya se tiene diagnóstico; la adherencia es clave.
- Control de enfermedades coexistentes, como hipertensión y diabetes, que pueden alterar la circulación del nervio óptico.
Los signos de emergencia —como dolor ocular intenso, visión borrosa súbita, halos o náuseas— requieren atención inmediata, pues podrían indicar un ataque agudo de glaucoma de ángulo cerrado.
Cuidados y evaluaciones
Para las mujeres mayores de 60 años en el Perú, el glaucoma no es solo un riesgo silencioso; es un reto que requiere información, vigilancia y controles oportunos. Con una evaluación adecuada, el daño puede detenerse o avanzar de forma más lenta, preservando la autonomía y calidad de vida.
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