Las enfermedades crónicas pueden causar glaucoma secundario.

¿Alguna vez te has preguntado si esa condición médica que tienes podría estar afectando tus ojos de formas que no imaginas? Es una pregunta válida, y en el caso del glaucoma, la respuesta a menudo es un rotundo sí. No todo el glaucoma es igual; de hecho, una parte significativa de los casos se desarrolla como consecuencia de otras enfermedades o afecciones. A esto lo llamamos glaucoma secundario. Hoy quiero guiarte a través de este complejo tema, desvelando esas conexiones inesperadas entre tu salud general y la salud de tus ojos. Mi objetivo es darte información valiosa que te permita entender mejor tu cuerpo y tomar decisiones informadas sobre tu bienestar visual.

¿Qué es el glaucoma y cómo se vuelve «secundario»?

El glaucoma es una enfermedad ocular progresiva que daña el nervio óptico, la parte del ojo que transmite la información visual al cerebro. Ahora bien, cuando hablamos de glaucoma secundario, nos referimos a aquellos casos donde la causa subyacente de la elevación de la PIO no es un factor primario, sino la consecuencia de otra condición médica. Es como un efecto dominó: una enfermedad inicial desencadena una serie de eventos que culminan en un aumento de la presión intraocular y, eventualmente, en el daño del nervio óptico. Esto lo diferencia del glaucoma primario, donde no se identifica una causa subyacente clara.

Ceguera y visión borrosa mitos y realidad
La ceguera y la baja visión no son un monolito; abarcan un espectro vasto de condiciones y experiencias visuales. (Foto: Gemini AI)

Conexiones inesperadas: enfermedades que pueden desencadenar glaucoma

Te sorprenderá la variedad de condiciones médicas que pueden aumentar tu riesgo de desarrollar glaucoma secundario. A continuación, quiero detallarte algunas de las más comunes y cómo actúan:

  • La diabetes. Si tienes este diagnóstico, sabes lo importante que es controlar tus niveles de azúcar en sangre. Pero, ¿sabías que la diabetes puede afectar tus ojos más allá de la retinopatía diabética? Esta condición puede contribuir al desarrollo de glaucoma neovascular, una forma agresiva de glaucoma secundario. En este tipo, el flujo sanguíneo deficiente puede provocar el crecimiento de vasos sanguíneos anormales en el iris y el ángulo de drenaje del ojo, bloqueando la salida del humor acuoso y elevando la PIO.
  • Enfermedades inflamatorias oculares (Uveítis). Se trata de la inflamación de la úvea, la capa media del ojo. Esta inflamación puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple, infecciones o traumas. La uveítis puede provocar glaucoma al inflamar la malla trabecular (el sistema de drenaje del ojo), o al formar adherencias (sinequias) que bloquean el flujo del humor acuoso.
  • Trauma ocular: Ocasionado por un golpe o lesión en el ojo, incluso si parece menor, puede tener consecuencias a largo plazo. Esta condición puede causar sangrado dentro del ojo, dañar las estructuras de drenaje, o incluso desplazar el cristalino, todo lo cual puede llevar a un aumento de la PIO y, por ende, a glaucoma secundario.
  • Uso de esteroides: Ya sean en forma de gotas oculares, píldoras orales o inhaladores, son medicamentos potentes que salvan vidas, pero su uso prolongado puede tener efectos secundarios oculares. Es fundamental que tu médico controle tu presión ocular si estás en tratamiento con esteroides.
  • Tumores oculares: Aunque menos común, la presencia de tumores dentro o alrededor del ojo puede obstruir el drenaje del humor acuoso, causando un aumento de la PIO. El manejo de estos casos es complejo y requiere un enfoque multidisciplinario.
Uveítis, inflamación ocular
Conoce más sobre la uveítis, síntomas y tratamientos de la inflamación ocular para proteger tu visión. (Foto: AI / Glaucoma Lima Center)

¿Cuál es tu rol en la detección y prevención de glaucoma secundario?

Como ves, la salud de tus ojos está intrínsecamente ligada a tu salud general. Por eso, es fundamental que tomes un papel activo en tu propio bienestar.

Uno de los pasos esenciales es no subestimar la importancia de informarle a tu especialista sobre cualquier enfermedad crónica que padezcas, los medicamentos que tomas o cualquier lesión ocular previa. Esta información es vital para que pueda evaluar tu riesgo de glaucoma secundario y realizar las pruebas adecuadas.

Ahora, si tienes alguna de las condiciones mencionadas o antecedentes familiares de glaucoma, los exámenes oculares regulares son tu mejor herramienta para la detección temprana. El glaucoma a menudo no presenta síntomas en sus etapas iniciales, por lo que solo un examen profesional puede identificarlo.

Otro consejo relevante es controlar eficazmente enfermedades como la diabetes o la uveítis no solo mejorará tu calidad de vida en general, sino que también reducirá tu riesgo de desarrollar glaucoma secundario y otras complicaciones oculares. Por último, y no menos importante, debes entender la interconexión entre las diferentes partes de tu cuerpo para proteger tu visión. El glaucoma secundario es un recordatorio de que somos un sistema complejo y que el cuidado holístico de nuestra salud es la clave.

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