Después de una cirugía de cataratas, muchas personas disfrutan de una visión más clara y estable. Sin embargo, en algunos casos poco frecuentes, el lente intraocular (LIO) implantado puede desplazarse de su posición original. Este fenómeno, conocido como descentración o luxación del lente intraocular, puede afectar la calidad visual y generar síntomas molestos. Aunque suele ser poco común, los especialistas recomiendan prestar atención a ciertos signos de alerta y acudir al oftalmólogo si algo parece fuera de lo normal.
Según la American Academy of Ophthalmology (AAO), las causas más habituales del desplazamiento del lente incluyen el debilitamiento de las fibras que sostienen el cristalino (zónulas), traumatismos oculares, movimientos bruscos y, en algunos casos, enfermedades como el síndrome de pseudoexfoliación o cirugías previas. La buena noticia es que con una adecuada técnica quirúrgica y controles posteriores, el riesgo de que esto ocurra es muy bajo.
Señales que indican que el lente podría haberse movido
Cuando un lente intraocular se desplaza, los síntomas más comunes incluyen visión borrosa, destellos de luz, visión doble o una sensación de que la imagen “se mueve”. En algunos casos, el paciente puede notar una disminución progresiva en la nitidez, especialmente al leer o enfocar objetos cercanos. El National Eye Institute (NEI) advierte que estos cambios visuales no deben ignorarse, ya que un lente fuera de su eje puede causar una refracción inadecuada o incluso dañar estructuras internas si el movimiento es considerable.
Los oftalmólogos suelen confirmar el diagnóstico mediante un examen con lámpara de hendidura o ecografía ocular. Si se detecta una descentración leve, puede bastar con un seguimiento periódico; en casos más severos, se puede requerir una reposición o sustitución del lente, procedimiento que generalmente tiene una tasa de éxito alta y recuperación rápida.
Prevención y cuidados tras la cirugía
Después de la cirugía de cataratas, seguir las indicaciones médicas es clave para mantener el lente en su posición. Evitar frotarse los ojos, no levantar objetos pesados en las primeras semanas y asistir a los controles programados reduce el riesgo de complicaciones. La AAO recomienda además informar de inmediato cualquier molestia visual inusual, ya que una detección temprana mejora el pronóstico.
