Excesivo uso de pantallas digitales

En el mundo actual, es casi imposible escapar de las pantallas. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, nuestros ojos están expuestos a smartphones, ordenadores, tablets y televisores. Pero, ¿realmente nos están dañando la vista? La respuesta no es tan simple como un «sí» o un «no». Si bien estos dispositivos no suelen causar un daño permanente en la retina, sí que provocan una serie de molestias y problemas que, si no se manejan correctamente, pueden impactar significativamente tu calidad de vida.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre el aumento de la miopía a nivel global, y la falta de exposición a la luz solar junto con el trabajo de visión cercana, como el que hacemos frente a las pantallas, son factores clave en esta tendencia. No se trata de demonizar la tecnología, sino de entender cómo usarla de forma segura. En este artículo, quiero profundizar en este tema y a descubrir cómo puedes proteger tus ojos en la era digital.

Cómo reducir la presión intraocular (PIO).
Conoce los tratamientos, cambios de estilo de vida y la importancia de las revisiones con un especialista en glaucoma para reducir la presión intraocular. (Foto: AI / Glaucoma Lima Center)

¿Qué es la fatiga visual digital y cómo saber si la padeces?

Si pasas muchas horas al día frente a una pantalla, es muy probable que hayas experimentado la fatiga visual digital, también conocida como síndrome visual informático. ¿Te suenan familiares los ojos cansados, con ardor o picazón? ¿Has notado que a veces tu visión se vuelve borrosa o doble? Estos son solo algunos de los síntomas más comunes de esta afección, que se produce cuando sometemos nuestros ojos a un esfuerzo continuo de enfoque.

La razón principal es que, cuando estamos concentrados en una pantalla, tendemos a parpadear menos. Lo normal es parpadear unas 15 veces por minuto, pero esta frecuencia puede reducirse a menos de 5 veces cuando miramos fijamente un monitor. Este parpadeo es esencial para lubricar la superficie ocular con lágrimas naturales. Menos parpadeo equivale a ojos secos, lo que causa esa molesta sensación de «arenilla» y enrojecimiento. Además, hay otros síntomas como:

  • Dolor de cabeza
  • Dolor de cuello, hombros o espalda
  • Mayor sensibilidad a la luz (fotofobia)
  • Dificultad para concentrarse
  • Sensación de no poder mantener los ojos abiertos

La polémica de la luz azul: ¿mito o amenaza real?

Seguro que has oído hablar de la luz azul y sus supuestos efectos devastadores. Es una de las grandes preocupaciones de la era digital y ha dado lugar a un mercado de lentes con filtros especiales.

El problema con la luz azul no es tanto el daño físico a la retina, sino su efecto en el ritmo circadiano, el reloj interno que regula nuestros ciclos de sueño y vigilia. La luz azul suprime la producción de melatonina, la hormona que nos ayuda a conciliar el sueño. Por eso, si usas el teléfono o la tablet justo antes de irte a la cama, tu cerebro interpreta que todavía es de día, dificultando que te duermas. Este es un problema grave, ya que la falta de sueño puede afectar tu salud en general.

Leer con poca luz puede perjudicar tus ojos.
¿Leer con poca luz es malo? Es un tema que genera muchas dudas y, a menudo, está rodeado de mitos. (Foto: AI / Glaucoma Lima Center)

¿Cuáles puedes ser unas estrategias de protección? Tus ojos merecen un respiro

Aquí no te pido que dejes de usar la tecnología, sino que aprendas a hacerlo de forma inteligente para proteger tu visión. El cuidado de tus ojos es un acto proactivo que requiere disciplina y pequeños cambios en tu rutina diaria.

La primera es una de las recomendaciones más efectivas, y se trata de la regla 20-20-20. También, puedes optimizar tu entorno de trabajo, ajustando el brillo de tu pantalla y manteniendo una distancia y buena postura frente a la pantalla o monitor.

Otra alternativa es parpadear conscientemente. Si sientes sequedad, las lágrimas artificiales son una excelente opción para mantener tus ojos lubricados, especialmente si usas lentes de contacto. Finalmente, y no menos importante, lo ideal será visitar regularmente al especialista. Las revisiones son la clave para detectar a tiempo cualquier problema subyacente, como la miopía, el astigmatismo o incluso enfermedades más serias como el glaucoma.

Las pantallas son una herramienta fundamental en nuestro día a día, pero su uso prolongado e inadecuado puede generar problemas de salud ocular que, aunque no suelen ser permanentes, sí son muy molestos. Al aplicar medidas simples, como las ya mencionadas, puedes proteger tus ojos y disfrutar de la tecnología sin comprometer tu bienestar visual.

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