¿Alguna vez te has frotado el ojo y, al mirarte al espejo, descubres que la parte blanca está completamente roja, como si te hubieras llevado un golpe? No te asustes, lo que probablemente tienes es un derrame ocular, conocido médicamente como hemorragia subconjuntival.
Es una de las situaciones más comunes en la oftalmología y, aunque su apariencia es alarmante, casi siempre es inofensiva. En este artículo, vamos a explicarte las causas por las que un simple frotamiento puede provocar un derrame, qué hacer al respecto y cuándo es necesario consultar a un especialista. Queremos que te sientas tranquilo y con la información correcta para cuidar de tus ojos, que son la ventana al mundo.

¿Por qué se produce un derrame ocular al frotarnos el ojo?
Imagina que tu ojo está recubierto por una capa transparente y delgada, llamada conjuntiva. Esta capa tiene diminutos vasos sanguíneos que son muy frágiles y delicados. Cuando te frotas el ojo con fuerza, la presión que ejerces sobre estos vasos puede hacer que uno o varios de ellos se rompan. El resultado es que la sangre se acumula justo debajo de la conjuntiva, creando esa mancha roja intensa y uniforme que te asusta.
Este tipo de sangrado es similar a un moretón en la piel, pero con la diferencia de que, al estar en la superficie del ojo, la sangre es visible. No hay sangrado externo ni dolor, y tu visión no se verá afectada. Es un fenómeno pasajero que se reabsorbe por sí solo en unos pocos días, al igual que cualquier otro hematoma en tu cuerpo.
Causas comunes de un derrame ocular además del frotamiento
Aunque el frotamiento es una de las causas más frecuentes, existen otras acciones cotidianas que pueden provocar este tipo de derrame. Es importante que las conozcas para evitar sustos innecesarios:
- Traumatismos leves: Un golpe accidental en el ojo, como el impacto de una pelota o el roce con una rama.
- Aumentos repentinos de presión: Acciones como estornudar, toser con fuerza, vomitar, levantar objetos pesados o incluso reírse con mucha intensidad pueden ejercer presión sobre los vasos sanguíneos del ojo y hacer que se rompan.
- Uso de lentes de contacto: Manipular incorrectamente las lentes de contacto o tener una lente mal ajustada puede irritar la conjuntiva y, en casos raros, provocar un derrame.
- Cirugía ocular: Es común observar un derrame subconjuntival después de una cirugía de cataratas o cualquier otro procedimiento quirúrgico en el ojo. Es una reacción normal del cuerpo ante la intervención.

¿Qué hacer si tienes un derrame ocular por frotamiento?
Lo primero que debes hacer es mantener la calma. Como te hemos comentado, es una condición benigna que no requiere un tratamiento específico. Aquí tienes algunos consejos prácticos:
- Evita seguir frotándote el ojo
- Aplica compresas frías
- Utiliza lágrimas artificiales
- Observa la evolución
¿Cuándo debo preocuparme y acudir a un oftalmólogo?
Aunque en la mayoría de los casos un derrame ocular es inofensivo, hay situaciones en las que debes buscar atención médica de inmediato. Acude a un especialista si el derrame ocular viene acompañado de dolor intenso, pérdida de visión o visión borrosa, ocurre de forma recurrente y sin una causa aparente, se produce tras un traumatismo severo en el ojo o se extiende a otras partes del ojo o del rostro.
En estos casos, el derrame podría ser un síntoma de una condición subyacente más grave, como un problema de coagulación, presión arterial alta o un traumatismo ocular interno. Un especialista podrá realizar un examen completo para descartar cualquier patología.
