¿Por qué algunas personas ven el mundo de forma nítida, mientras que para ti todo parece un poco desenfocado, tanto de cerca como de lejos? Si es así, es muy probable que el astigmatismo sea el responsable. Hoy quiero guiarte y explicarte todo lo que necesitas saber sobre los diferentes grados de este diagnóstico y qué opciones tienes para corregirlo. Mi objetivo es que, al finalizar esta lectura, tengas una comprensión clara y valiosa de tu visión, empoderándote para tomar las mejores decisiones sobre tu salud ocular.
¿Qué es el astigmatismo y cómo afecta a tus ojos?
Hace algunas semanas explicamos a detalle sobre el astigmatismo, que no es una enfermedad, sino un defecto refractivo que ocurre cuando la córnea o el cristalino no tienen una curvatura perfectamente esférica. Esta irregularidad provoca que los rayos de luz se enfoquen en múltiples puntos o planos delante o detrás de la retina, resultando en una visión distorsionada, borrosa o estirada tanto para objetos cercanos como lejanos.
Es importante que sepas que el astigmatismo puede presentarse desde el nacimiento y, en muchos casos, es hereditario. También puede desarrollarse o cambiar con el tiempo. Los síntomas más comunes que podrías experimentar incluyen visión borrosa o distorsionada, dolores de cabeza, fatiga ocular, entrecerrar los ojos para ver mejor y dificultad para ver de noche. Si te identificas con alguno de estos síntomas, es fundamental que consultes a un oftalmólogo para un diagnóstico preciso.

Cuáles son los grados de astigmatismo: de leve a alto
Para entender la magnitud del astigmatismo, los oftalmólogos utilizamos una medida llamada dioptría, que indica el poder óptico necesario para corregir la visión. Los grados de astigmatismo se clasifican de la siguiente manera:
- Astigmatismo leve (hasta 1.0 dioptrías): es posible que ni siquiera notes los síntomas, o que estos sean muy sutiles. La visión borrosa puede ser intermitente o leve, y podrías experimentar algo de fatiga ocular al leer o al usar la computadora por períodos prolongados. Muchas personas con astigmatismo leve no requieren corrección visual, aunque siempre es recomendable una evaluación profesional.
- Astigmatismo moderado (entre 1.0 y 2.0 dioptrías): los síntomas suelen ser más evidentes. La visión borrosa es más notoria, y podrías sentir la necesidad de entrecerrar los ojos con frecuencia para enfocar. Los dolores de cabeza y la fatiga visual son más comunes, especialmente después de actividades que requieren un esfuerzo visual prolongado, como conducir o leer.
- Astigmatismo alto o severo (más de 2.0 dioptrías): la distorsión visual es considerable y afecta significativamente tus actividades diarias. Ver objetos claramente, tanto de cerca como de lejos, se vuelve un desafío importante. Los síntomas como la fatiga ocular intensa, dolores de cabeza frecuentes y la visión nocturna comprometida son muy probables. En estos casos, la corrección es indispensable para llevar una vida normal.

Diagnóstico y opciones de corrección para tu astigmatismo
Diagnosticar el astigmatismo es un proceso sencillo y no invasivo que realiza tu oftalmólogo durante un examen ocular completo. Se utilizan diversas pruebas, como la queratometría, la refracción y la topografía corneal. Todos estos métodos, utilizados en conjunto, permiten a tu especialista determinar con precisión el grado y el tipo de tu astigmatismo. Una vez diagnosticado, existen varias opciones efectivas para corregir el astigmatismo y restaurar tu visión nítida.
La primera son las gafas. Es la forma más sencilla y común de corregir el astigmatismo. Las lentes tóricas, diseñadas específicamente para esta condición, tienen una curvatura especial que compensa la forma irregular de tu córnea o cristalino, permitiendo que la luz se enfoque correctamente en la retina.
Luego están los lentes de contacto. Es una alternativa popular para quienes prefieren no usar gafas o para deportistas. Tu oftalmólogo te ayudará a elegir el tipo de lente de contacto más adecuado para ti y te enseñará cómo usarlas y cuidarlas correctamente.
Finalmente, está la cirugía refractiva (LASIK, PRK, etc.). Estos procedimientos remodelan la córnea utilizando un láser, corrigiendo así el error refractivo. Es crucial que sepas que no todos son candidatos para la cirugía, y una evaluación exhaustiva con tu oftalmólogo es indispensable para determinar si eres apto para este tipo de procedimiento.
Recuerda que la salud de tus ojos es invaluable. Si sospechas que tienes astigmatismo o si ya te lo han diagnosticado, no dudes en seguir las recomendaciones de tu especialista.