La salud de nuestros ojos es un tema que a menudo damos por sentado hasta que algo nos obliga a prestarle atención. Y cuando se trata de medicamentos, es crucial entender cómo pueden afectar nuestra visión. Un ejemplo claro es la relación entre el uso de corticoides y el desarrollo de cataratas. Aunque estos fármacos son salvadores para muchas personas con enfermedades inflamatorias y autoinmunes, su uso prolongado puede tener un precio para nuestros ojos. Si alguna vez has tomado o vas a tomar corticoides, esta información es vital para ti.
¿Qué son las cataratas y por qué los corticoides las causan?
Las cataratas son una opacificación del cristalino, esa lente natural que tenemos dentro del ojo, justo detrás del iris. El cristalino, que normalmente es transparente, se vuelve nublado, lo que causa una visión borrosa y con un aspecto lechoso. Imagina que el lente de una cámara se empaña; algo similar le pasa a nuestro ojo.
Existen varios tipos de cataratas, y las causadas por corticoides, conocidas como cataratas subcapsulares posteriores, son una de las más comunes. Los corticoides pueden alterar el equilibrio de electrolitos y proteínas dentro del cristalino, lo que provoca que pierda su transparencia. Esta opacificación suele comenzar en la parte posterior del cristalino, de ahí su nombre, y puede progresar lentamente, afectando la visión de forma gradual. Es importante saber que el riesgo de desarrollar este tipo de catarata depende tanto de la dosis como de la duración del tratamiento.

¿Quiénes están en mayor riesgo y qué síntomas debes observar?
El uso prolongado de corticoides por cualquier vía, ya sea oral, tópica o inhalada, aumenta la probabilidad de desarrollar cataratas. Esto incluye a personas con enfermedades crónicas como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la artritis reumatoide, el lupus y otras enfermedades autoinmunes que requieren tratamiento constante con estos medicamentos.
Es fundamental que prestes atención a los síntomas que podrían indicar la formación de una catarata. Entre los más comunes se encuentran:
- Visión borrosa o nublada
- Sensibilidad a la luz (fotofobia)
- Visión doble en un solo ojo
- Halo alrededor de las luces
- Deterioro de la visión nocturna
- Cambios frecuentes en la graduación de las gafas
¿Qué hacer si tomas corticoides y te preocupan las cataratas?
Lo más importante es la comunicación con tu médico. Si estás en un tratamiento a largo plazo con corticoides, es esencial que se lo menciones a tu oftalmólogo. Ambos profesionales de la salud, tu médico de cabecera y el oftalmólogo, deben trabajar en conjunto para gestionar tu salud.
No dejes de tomar tus medicamentos sin consultar antes. La decisión de ajustar la dosis o cambiar el tratamiento siempre debe ser guiada por tu médico. El riesgo de dejar de tomar un medicamento vital para una enfermedad grave a menudo supera el riesgo de desarrollar cataratas.

Recomendaciones clave:
- Revisiones oftalmológicas periódicas: Si usas corticoides, es fundamental que te sometas a exámenes de la vista de forma regular. Tu oftalmólogo puede detectar las cataratas en sus primeras etapas, incluso antes de que notes los síntomas. La detección temprana es clave.
- Informar a tu oftalmólogo: Asegúrate de que el especialista en ojos sepa que estás tomando corticoides. Esta información es crucial para que pueda evaluar tu riesgo y vigilar de cerca el estado de tu cristalino.
La buena noticia es que, incluso si desarrollas una catarata, la cirugía de catarata es uno de los procedimientos quirúrgicos más seguros y efectivos que existen, con una tasa de éxito muy alta. Consiste en reemplazar el cristalino opaco por una lente intraocular artificial que restaura la visión.