El uso de lentes de contacto ofrece libertad visual, pero en entornos tan particulares y exigentes como la selva amazónica, específicamente en ciudades como Iquitos y Pucallpa, los riesgos para la salud visual se magnifican. El clima tropical, caracterizado por una humedad elevada, altas temperaturas y la presencia de cuerpos de agua con sus propias características microbiológicas, obliga a los usuarios a adoptar protocolos de higiene y cuidado mucho más rigurosos que en zonas templadas o costeras.
En esta guía, abordamos desafíos únicos de la Amazonía peruana para el usuario de lentes de contacto y ofrece pautas basadas en la prevención de patologías oculares comunes en la región.
¿Por qué es riesgoso usar lentes de contacto en la selva?
El binomio de calor y alta humedad en la Amazonía (Iquitos y Pucallpa son ejemplos de este clima) crea un caldo de cultivo ideal para el crecimiento de bacterias, hongos y, de manera crítica, parásitos como la Acanthamoeba.
La Acanthamoeba es un microorganismo ubicuo que se encuentra comúnmente en el agua, el suelo y el aire. En condiciones de alta humedad, su presencia es más persistente y representa el mayor riesgo para los usuarios de lentes de contacto, ya que puede causar la devastadora Queratitis por Acanthamoeba.
Esta infección, aunque rara, es extremadamente grave, dolorosa y puede resultar en una pérdida significativa de la visión o incluso requerir un trasplante de córnea (un procedimiento de alta complejidad que recién está siendo descentralizado en regiones como Loreto, tal como lo indica el Instituto Nacional de Oftalmología.
Además, la exposición solar intensa (rayos UV) incrementa el riesgo de desarrollar Pterigión (carnosidad en el ojo), una patología prevalente en la Amazonía, por lo que la protección solar se vuelve indispensable.
Protocolos de supervivencia: higiene y calidad del agua
En ciudades como Iquitos y Pucallpa, el factor más crítico asociado al riesgo de infección es la calidad del agua, especialmente la no potable. Estudios en la Amazonía peruana han reportado una alta contaminación de los cuerpos de agua superficiales por coliformes totales y fecales, y en algunos casos, incluso el agua potable distribuida presenta limitaciones en el cumplimiento de parámetros microbiológicos y químicos. Aquí, algunos cuidados extra y no negociables:
- La regla universal de la oftalmología se vuelve un mandato en la selva. Nunca use agua de grifo, embalsada o de ríos (Nanay, Itaya, Ucayali, etc.) para limpiar, enjuagar o almacenar los lentes de contacto o su estuche. Ni siquiera para lavarse las manos si la fuente es dudosa. Use solo solución desinfectante estéril de marcas reconocidas para manipular los lentes, y séquese bien las manos con una toalla limpia después de lavarlas con jabón y agua potable segura.
- Lentes diarios desechables: Si su estilo de vida implica contacto frecuente con el agua (ríos, lluvias, sudor excesivo, piscinas o duchas), migrar a lentes de contacto de reemplazo diario reduce drásticamente el riesgo de acumulación de depósitos y microorganismos, ya que se desechan al final de cada jornada.
- Reemplace el estuche de los lentes de contacto cada uno o dos meses, y nunca mezcle solución antigua con nueva, utilizando siempre solución fresca para el almacenamiento. Recuerda que en un clima cálido y húmedo, un estuche mal cuidado se contamina en horas.
El cuidado oftalmológico en la Amazonía peruana es más que una rutina; es un protocolo de seguridad. La consulta anual con su oftalmólogo local y el seguimiento estricto de la higiene son sus mejores defensas contra las serias infecciones que prosperan en el trópico.